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—¿En este estado no hay más que cuestas? —se quejó Murphy. —¿Dónde estamos? —preguntó.

—Según este mapa, estamos en las Colinas Negras de Dakota del Sur —respondió Roberta.

—Echo de menos el camión —se quejó Alycia con un puchero.

—Pero estamos lejos de esa muchedumbre.

—Aquí no hay nada que matar —suspiró 10k.

—No me importa —le respondió la teniente.

—Tenemos que encontrar un lugar para acampar, se está cansando el perro —habló Doc.

—Se supone que hay un pueblo cerca, llamado Edgemont. Cuando lleguemos a esa cresta, leo la brújula.

—¿Podemos descansar un rato?

—Rápidamente.

Todos se acercaron un poco al ver el monte Rushmore pintado con símbolos del apocalipsis, todos estaban sorprendidos, pero no gratamente, a excepción de 10k que estaba asombrado.

—Nos vamos, tenemos que llegar antes de que anochezca.

—Creí que íbamos a descansar.

—Se acabó el descanso.

Todos suspiraron y siguieron a Roberta, de nuevo debían caminar.

—Llevamos horas caminando —se quejó Murphy mientras Roberta miraba el mapa. —Admítelo, Colón. Estás perdida.

—Déjalo ya, Murphy —exclamó molesto Doc. —Warren sabe adónde va, ¿lo sabes, verdad?

—Ya deberíamos haber llegado al pueblo. Pero, que sepáis que Colón estaba perdido cuando descubrió América.

—Sí, y mira en qué acabó todo.

—Mirad eso —habló 10k mirando al frente.

—No es un pueblo —se quejó Murphy.

—Jugando a ser positivos, igual hay algo útil dentro.

—Sí, vamos a ver —Roberta guardó el mapa y comenzaron a caminar.

Todos comenzaron a bajar la montaña para poder llegar a ese lugar, cuando Alycia se tambaleó, chocando con 10k.

—Ey ¿va todo bien? —le preguntó a la chica, quien no parecía estarlo.

—Estoy bien —asintió con la cabeza mientras miraba el suelo. El joven se acercó a ella y le colocó la mano en la frente.

—Parad —exclamó un poco alto para que los demás lo escucharán. —Problemas en el paraíso. Alycia tiene fiebre y demasiado alta, diría yo —Doc se acercó a ella y tomó su temperatura también. Suspiró.

—Creo que tengo algo útil en la mochila, ¿puedes aguantar hasta que lleguemos a un sitio seguro, cielo? —preguntó amablemente.

—No lo creo —respondió 10k por ella, ya que básicamente se mantenía de pie gracias a él. —¿Puedes sujetarme esto? —le tendió sus armas a Cassandra y subió a la chica a su espalda.

—Bien, vamos —habló Roberta de nuevo.

Al llegar abajo, tanto Roberta como Cassandra apuntaban con sus armas. Alycia tenía la cabeza apoyada sobre el hombro de 10k y los ojos cerrados.

—Puede ser un lugar seguro para descansar, alimentarnos y recuperarnos —mencionó Roberta mirando de reojo a la más joven.

—Me gustaría dormir una hora —dijo Cassandra esta vez. Roberta frenó frente a una puerta.

JUST... WAIT! | 10K, Z NATIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora