Tres años después de que el virus zombie ha destripado el país, un equipo de héroes cotidianos deben transportar al único sobreviviente conocido de la plaga de Nueva York a California, donde el último laboratorio en funcionamiento espera su sangre...
El tiempo estaba horrible. Un tornado se acercaba sin dar tiempo a pensar y reaccionar. Citizen Z había informado de ello, pero eso no ayudaba demasiado.
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Había un coche parado en la carretera, Charlie y Doc estaban terminando de vaciar el tanque de gasolina para poder rellenar las garrafas, pero aquello se acercaba con velocidad.
-¿A dónde vamos? -preguntó Charlie levantándose, una vez el tanque estaba vacío.
-Se dirige al norte desde el golfo -le respondió Roberta. -Si llegamos a la I-70, podemos adelantarla.
-La tormenta va más rápido que nuestra maravillosa camioneta -intervino Doc sarcásticamente
-Tenemos que dejar la carretera. Según Citizen Z, tenemos que refugiarnos .
-Lo que tenemos que hacer es largarnos. No pienso parar porque lo diga un mocoso con satélite.
-Un momento -habló Murphy saliendo de la camioneta. -¿Me he perdido algo? ¿Me habéis arrastrado hasta aquí para que un tornado se lleve la esperanza de la humanidad? -como siempre, Murphy creyéndose el centro del mundo.
La tormenta se acercaba y no había demasiado tiempo. Para suerte de algunos y decepción de otros, el pueblo de la teniente Warren estaba muy cerca, y no tenían muchas opciones, así que, aunque Roberta se negó varias veces, finalmente se refugiaron en ese pueblo, específicamente en su casa, en un refugio que había en el sótano.
Entre los zombis (los cuales eran demasiados) y el tornado, no había tiempo para pensar, por lo que bajaron del coche y corrieron a casa de la adulta. Mack iba el primero, tras él, Alycia y Addy, que como siempre estaba tirando de su hermana pequeña, y justo tras ellas, 10k, evitando que cualquier zombi pudiera atacarlas.
-¡10k, vamos! -exclamó Addy al ver que el chico apuntaba a todos lados pero no corría para entrar. Finalmente, aceleró y los cuatro se encontraron en la entrada de la casa, mientras Mack trataba de abrirla.
Murphy y Doc estaban bajo los escalones, protegiendo al grupo de jóvenes. Para suerte de Mack, Roberta tenía unas llaves escondidas, por lo cual, después de un gran rato luchando contra una puertecita de madera, la adulta la abrió.
En el interior no había ni un zombi, pero sí una pareja con el chico herido, no había medicación ni nada que pudiera ayudarle, por lo que debían actuar rápido. 10k y Alycia entraron en la cocina y se encargaron de revisar que hubiera comida suficiente, entre otras cosas.
-Tenemos que salir de aquí antes de que llegue la tormenta -habló Murphy mirando por la ventana y viendo como el viento destrozaba árboles.
-¿Y dónde vamos a ir? -preguntó Charlie acercándose a él.
-¿Qué vamos a hacer? ¿Quedarnos y confiar que no pase por aquí?
-El sótano es seguro. Podemos esperar allí a que pase. Vamos a reunir provisiones antes de que llegue -Roberta parecía segura de ello, y nadie podía llevarle la contraria. 10k y Alycia salieron de la cocina y se acercaron a ellos.
