*Narra Trístan*
En pocos minutos llegará Amelia. Estoy un poco nervioso porque no sé cómo se tome que la derivare a otro psicólogo.
Percibo su perfume filtrándose y el suave toque en la puerta.
-Pase, Amelia.-
-¿Cómo supo que era yo? digo, pudo ser su secretaria.-
-Conozco ese perfume y la particularidad de tu toque.- Acto seguido se ruboriza.
-¡Oh!-
-Amelia, te preguntarás por qué te cité hoy.-
-Sí, eso le iba a preguntar, pedí un permiso en el trabajo ya que hoy no me tocaba terapia.-
-Hay algo importante que quiero platicar contigo, pero antes ¿se te ofrece algo?-
-No, no, gracias acabo de almorzar.-
-Iré al punto, no le haré perder más tiempo. La derivaré a otro especialista.-
Se ha quedado muda.
-Pe, perdona, ¿qué ha dicho? no entiendo.-
-Amelia, ya no le puedo seguir tratando, pero inmediatamente pasará a manos de un excelente psicólogo calificado, el doctor Marcus Stone, solo necesito que firme estos documentos, no puedo pasarle el caso sin su debida autorización por medio de un consentimiento escrito, por eso la he citado.- Espero que me diga algo pero solo se limita a mirar la mesa y los documentos, está desconcertada.
-¿Solo necesita mi firma?-
-Sí.- Coge los documentos de mala gana y los firma.
-Significa que de ahora en adelante me atenderá el doctor Marcus, ¿no?-
-Es correcto, señorita, aquí está toda la información que necesita, dirección, teléfonos, correo electrónico, le aseguro que estará en buenas manos.-
-Gracias, doctor.- Le digo y sonó como un susurro apenas audible, tengo un nudo en el pecho, me duele la cabeza y siento un pinchazo en el pecho como si mi corazón estuviera retorciéndose.
Se marcha sin decir más, casi sale corriendo de aquí y me siento terrible, pero es lo correcto, por ella, por lo que siento.
ESTÁS LEYENDO
Enamorado de una paciente.
RomanceEl millonario, emprendedor, apuesto, sexy, humilde y psicólogo Tristán Healts... La dulce, inteligente, sencilla, tímida y carismática Amelia Jenner... Son los protagonistas de esta dramática novela. Amelia trabaja y estudia, últimamente se le han...