Capítulo 13. El compromiso.

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*Diálogo entre ambos (Amelia y Trístan)*

—Amelia, vamos a establecer compromisos aquí para que pueda ayudarte, debes comprometerte conmigo a que vendrás a tus terapias, estableceremos honestidad en todo. No te presionaré e iremos despacio en este proceso, te aseguro que todo lo que hablaremos aquí será totalmente confidencial.

—Me comprometo por mi propia mejoría a que no faltaré a las terapias y seré totalmente sincera respecto a todo.
—Comencemos Amelia, puedes acomodarte en el diván o en cualquier otro asiento que te sientas cómoda.  ¿Cómo te encuentras en el día de hoy?, ¿Por dónde te gustaría comenzar?

—Hoy me siento bien tal vez un poco ansiosa la verdad, pero, últimamente, fuera de mi periodo, he tenido episodios, emociones negativas que me dominan, comprometen mi sueño, mi bienestar, y  me siento muy mal cuando eso pasa, tengo pensamientos suicidas de vez en cuando, me suelo sentir muy sola y atrapada en un agujero negro, mis pensamientos me consumen, suelo sentir nudos en mi pecho, una carga enorme, como si algo me estuviese aplastando la caja torácica, muchas veces ni puedo llorar, lo intento para desahogarme, pero, de verdad no puedo y es desesperante. No había hablado de esto con nadie, es una sensación de pesadez que no se calma y cada día parece crecer y tomar más vida, más control sobre mi cabeza.

—Amelia, ¿Tienes noción de cuándo empezaste a sentirte así? —Me quedo mirándola con una expresión suave que indique que estoy aquí, escuchándola atentamente.

—No recuerdo, la verdad es que... Todo esto fue tan repentino que aún no logro asimilar cuando ocurrió esta pesadilla en la que siento que comencé a vivir.
—¿Cómo fue tu adolescencia?, ¿Podrías describirla?

—Era una chica buena, sacaba buenas notas, no era fiestera, no me gustaban los problemas, pero, tenía padres difíciles, me suplían en lo que debían, cosas como; ropa, tecnología, libros, dinero, todo lo que fuera necesario para contribuir a mis estudios. Pero nunca estaban presentes en alguna entrega de reconocimientos, nunca estaban para ver a su hija brillar, mi madre tenía grandes cambios de humor, cuando se molestaba hería constantemente mis sentimientos, mi padre se ponía de su lado.

—Entonces obtuviste recursos que necesitabas para tu desarrollo en los estudios, pero no vínculos afectivos de parte de ellos. ¿Cómo te hacía sentir eso?

—Como si ellos estaban criando a alguien que cumpla expectativas de ellos y de la sociedad, me sentía desdichada, una vez comenté como me sentía con alguien que le tenía confianza y ella solo dijo deberías estar agradecida porque te dan todo, no te quejes, la mayoría moriría por tener los privilegios que tienes. Desde ese momento me cerré y no volví a hablar con nadie al respecto, supe que no me iban a entender.

—Las palabras inadecuadas te hicieron sentir incomprendida, lo que causaron como mencionaste, que no te dieran ganas de volver a contar tus sentimientos.

—Mis pensamientos son como una ola gigantesca de la cual nado y nado muy fuerte, pero no logro alcanzar la orilla rápido, ella me atrapa, me lleva a las profundidades, me ahogo y no me deja salir a la superficie hasta que se haya quedado con todas mis ganas de seguir viviendo.


Enamorado de una paciente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora