1 | SMALL TOWN

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0.1- pueblito pequeño

Contemplo la ciudad enfrente de mi, todo era tranquilo, el viento chocaba por mi cara cuando salí al balcón

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Contemplo la ciudad enfrente de mi, todo era tranquilo, el viento chocaba por mi cara cuando salí al balcón. Sin duda alguna Madrid siempre será mi ciudad favorita para visitar.

Durante mis largos años he estado escapando de las garras y reglas de mi padre, nunca he estado más de un mes en el mismo lugar. La vida fugitiva me causa emoción y la sensación de sangre en mis manos es incomparable. Soy un alma libre, no pertenezco a nadie y no estoy bajo las reglas de nadie, yo creo mis propias reglas.

Coloco ambas manos sobre la barandilla del balcón, sintiendo el frío del metal, el sonido de los autos y música de los bares llegan a mis oídos, el olor embriagador que anuncia que la lluvia se acerca recorre cada parte de mis fosas nasales y de verdad estoy disfrutando esto. Me divertí lo suficiente estas semanas, una que otra travesura no
lastima a nadie y si alguien quiere reprocharme algo, ups terminará con la cabeza fuera de su cuerpo.

Cierro mis ojos al sentir el ligero cambio de temperatura, pero los abro de inmediato cuando unos quejidos interrumpen mi momento de paz.

—¿Podrías dejar de hacer ruido?—hablo sin darme la vuelta, pero los ruidos siguieron. Tomo el último sorbo de whisky y dejo mi vaso sobre una mesita antes de acércame a la sala.

El lugar estaba totalmente ordenado, me gusta el orden, de absolutamente todo. Las mesas en su lugar, la tele encendida en un programa que no conocía, el lugar estaba siendo iluminada por costosas lámparas, todo limpio, excepto por una enorme mancha roja en la alfombra.

—Que te dije sobre ensuciar la alfombra—miro al causante de que mi estrés creciera—. Te dije que no me gustaba el desorden y la suciedad, ¿qué haremos contigo?—agarro su rostro y paso mi pulgar sobre su labio inferior—. Solo te di una maldita regla y la rompiste. No me gusta cuando me desobedecen—chasqueo la lengua.

El sonido de la puerta llama mi atención y rápidamente me enderezo, miro por el agujero de la puerta para darme cuenta que son dos hombres bastantes pálidos.

𝐘𝐎𝐔'𝐑𝐄 𝐌𝐈𝐍𝐄 | 𝐁𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐒𝐰𝐚𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora