5. Boicot

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Creo que esta es la parte más dolorosa y más cruda. Y la que más me costo aceptar.

Como dice la canción: "ya me han dicho que soy buena para nada, y que el aire que respiro esta demás"

Ese pequeño acto, esas palabras, ese gesto de estar insatisfecha, ese repudio y correcciones a cada segundo sobre todo lo que intentaba hacer, fueron palitos que se fueron acumulando en mí.

Al principio intente no darle importancia, lo justificaba, me carcomía la cabeza pensando que quizás era por y para mi bien, que tal vez esas críticas me ayudarían a mejorar.

Pero cuando empecé a notar el trasfondo de las situaciones, cuando me detuve a analizar las palabras, los gestos, las reiteradas llamadas de atención, me di cuenta de que no era para nada agradable.

Porque mientras más intentaba cambiar más críticas y errores aparecían, más y más palabras que me tiraban abajo, más y más cuestiones que jamás pensé que podrían venir de esa persona, pero me dolió darme cuenta de que no estaba recibiendo el mismo trato que yo brindaba, porque todo era fríamente calculado y la balanza siempre caía para el mismo lado.

Pero cuando dije basta, cuando dije hasta acá pude aguantar, pase a ser la persona más despreciable del mundo, y aquí el boicot, las mentiras y más mentiras.

Lo peor que pude hacer fue dudar de mí. Y creer que la que estaba mal era yo.

Al alejarme de esas personas me di cuenta de que la que estaba mal no era yo.

Revise mi interior, me encontré conmigo misma.

Me estudie.

Me conocí.

Y volví a creer.

Creer en mí.

Hoy se la clase de persona que soy, y también sé muy bien la clase de gente que me rodea y que siempre mostré mi alma a cada una, soy muy transparente, y todo en mi es de esa forma.

Así que decidí darle tiempo al tiempo, deje de pensar en satisfacer a los demás y empecé a preguntarme qué era lo que quería yo.

Les cuento. No fue fácil. No soy una persona simple. Creí que no iba a poder, tuve miedo, mucho.

Pero con paciencia y amor propio todo se puede encaminar.

Hoy me amo. Y estoy por un buen camino.

Hay días grises. No digo que voy por la vida tirando flores. Pero si algo aprendí a base de las caídas que tuve. Es que de toda situación algo positivo queda.

A dejar las cosas por un momento. Salir a dar una vuelta y al volver quizás lo vea de otra forma.

Paciencia. Algo que no tenía, pero adquirí.

Me tuve que armar de mucha paciencia. Por que no hay peor enemigo que uno mismo.

Hoy soy una mejor versión de mí.

***

Hola!!!

No puedo dejar de agradecerles por el apoyo que le estan dando a esta pequeña historia.

Todo lo que quieran saber o decirme pueden escribirme.

¿por que esperar a vernos destrozadxs para tomar el toro por las astas?

No aguanten nada.
No crean que porque es familia tienen el derecho a imponernos como sentirnos. O a aguantar todo.

Nadie tiene el derecho de juzgarnos. Solo nosotros sabemos el peso de la mochila que cargamos.

Lxs quiero. Vale 💜

Pequeñas Cosas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora