❤15❤

1.3K 133 19
                                    

[...]

~Amando y peleando, acusando y negando

No puedo imaginarme un mundo sin ti...

La alegría y el caos...
Los demonios de los que estamos hechos
Estaría tan perdido si me dejaras solo...

Te encerraste en el baño...
Estabas tirada en el piso cuando logre entrar...
Te acerque a mi para sentir los latidos de tu corazón...
¿Puedes escucharme gritar, por favor no me dejes?

Espera, todavía te quiero...
Regresa, todavía te necesito...
Déjame tomar tu mano y voy a hacerte bien...
Te juro que voy a amarte durante toda mi vida...
Espera, todavía te necesito...                                                                                         
Una larga e interminable carretera 
Estas sentada en silencio a mi lado
Conduciendo una pesadilla de la que no puedo escapar...
Sin esperanza e inútilmente rezando, la luz no se esta desvaneciendo...
Ocultando la conmoción y el frío en mis huesos                                             
Ellos te llevaron en una camilla~

[...]

Era verano ... agosto para ser exactos 

La azabache se encontraba peinando su cabello mientras veía el cielo a través de su ventana, se encontraba en su casa, su casa propia, acariciaba su vientre abultado, faltaba poco para el día de parto y las cosas no estaban de lo mejor, sin embargo eso no sería un obstáculo para que ella se tomar un tiempo en escribirle algo a su bebita en caso de que las cosas salieran mal... O bueno peor de lo planeado.

Suspirando dejó el cepillo de cabello en el tocador para prácticamente reemplazarlo al instante por la pluma con tinta y un libro en blanco.

Arrancó la tercera ojalá del libro con precisión y la colocó encima de este, camino hasta la habitación más próxima.

La observo con detenimiento, esta habitación había sido usada como almacén hasta solo algunos meses, ahora lucía totalmente diferente, el color bashe en las paredes, el armario reluciente, la comida, los diferentes productos y claro, lo que más llamaba la atención a primera vista la cuna una hermosa cuna blanca que brillaba como el oro, la ropa de bebé en los cañones de la comoda y el ventanal con lo silla de maternidad.

Tomó asiento con dificultad, a estar cerca de la fecha de parto , además de su vientre abultado, sus no vientos se habían vuelto lentos. Se apoyo en el respaldar para comenzar a escribir, justo entonces escucho pasos en el pasadizo, casualmente iban dirimido a esta habitación, sabía quien era y que quería, antes de que llegará al pórtico dibujo una sonrisa en su rostro y voltio hacia la dirección donde el aparecería en breve.

Tal y como lo predijo, la honró con si presencia, mientras se apoyava en el marco de la puerto con una sonrisa cómplice, la miro con burla y afecto.

— ¿que escribes? — cuestionó mientras se impulsaba para ver ella contenido que por el momento era la hoja en blanco — ¿una carta de amor para uno de tus tantos pretendientes? — a pesar de no decirlo en voz alta el saber que más personas codiciaban a su mujer lo hacían sentir mal, aunque incómodo sería mucho más acertado— ¿quien es el remitente? — ambos cruzaron miradas, sus ojos no reflejaban nada — ¿naruto? ¿Kiba? — al ver que la chica no se imitaba alzó las cejas fingiendo sorpresa y habló — ¿no me digas que para... Mi? — ella soltó un corta risa, en la cual el le acompaño a los segundos — creí que yo ya no calificaba hace mucho— divertida negó con la cabeza, causando le gracia al azabache.

— y el premio para la persona con más ego es para... —hizo un ademán con su mano libre para señalarlo sutilmente , le sonrió ante el acto.

No hay lugar como el hogar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora