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[...]

De un empujón su espalda choco contra la pared de la habitaciones del chico , habían llegado a este, y el ya estaba besando sus labios con fuerza,  eso rompía su autocontrol. Sintió a la azabache tensa y noto que estaba siendo rudo, pero sentía que si se separaba ahora entonces ella huiría, así que optó por suavizar el beso sin separarse. Tuvo que separarse por falta de aire . A pesar de que separaron sus labios juntaron sus cabezas lo más posible.

- Hime... - mencionó  el no seria capaz de controlarse más tiempo en esa posición, ella le dio un pequeño beso y sin decir nada la levanto bruscamente en brazos llevándola hasta la habitación.

- Sasuke Kun - Intentó protestar cuando fue dejada en la cama, intentó levantarse pero el pelo negro se encontraba sobre ella besándola de nuevo esta vez adentrando su lengua húmeda dentro de ella y se encendió aun más cuando la escuchó suspirar, jugó con su lengua un rato y comenzó a acariciar su cintura con cuidado, encontrando el borde de su polera levantándola  hasta que separo sus labios para poder sacar la molesta playera y lanzándola lejos de allí. Esta vez se inclinó a su cuello y comenzó a dar besos delicados, Hinata se estremecía cada vez que lo hacía, podía sentirlo.

Giró la cabeza a su derecha y se arqueó contra la cama cuando sintió como su lengua bajaba por su cuello.

- ¿Qué estas..

A nueva cuenta fue silenciada por un beso, aunque fue uno corto.

Deslizó sus manos por sus costados, sintiendo su piel cálida aun encima de la ropa- camiseta de mallas- y con cuidado.

Había intentado abandonar el beso pues no había forma de que no notara la grande y cálida mano que se había colado bajo su ropa y acariciaba con firmeza su vientre, subiendo peligrosamente con movimientos circulares. Su piel ardía por donde quiera que pasara su mano y la sensación era tan agradable que escalofríos no habían dejado de recorrerla en todo este tiempo. Dio un brinco y un escalofrío aun mayor la recorrió cuando lo sintió alcanzar su seno izquierdo cubierto por su sostén y acariciarlo por encima de la tela, el sonrio mientras le quitaba aquella camiseta. La piel de Hinata era suave, tersa, tan fina que las yemas de sus dedos resbalaban fácilmente por ella. Abandonó su boca y se dirigió a su cuello de nuevo donde lamió y comprobó que era verdad, su piel tenía un sabor delicioso, era una mezcla dulce que no podía explicar, tal vez vainilla.

Se dedicó a besar su estómago y el cuello esperando que con ello se relajara, cuando la sintió ya no tan tensa, con cuidado y en un movimiento rápido le sacó el sostén.

Soltó un hadeo cuando su prenda intima le fue arrebatada y se cubrio con los brazos su desnudez.

- Quiero verte- pidió en un susurró de nuevo besando sus brazos.

Cuando la sintió relajarse un poco tiró con delicadeza y lentitud sintiendo como ella aflojaba el agarre lentamente hasta que tuvo sus manos a un lado de su cabeza entrelazadas con las suyas.

Miro sus senos y sintió un tirón en su entrepierna al notar que eran perfectos, su color niveo contrastaba perfectamente con el rosado de sus pezones que ahora se mostraban erectos ante él.

- Eres hermosa -  susurró bajando lentamente en el trayecto

- Ahh..

Se cubrió la boca avergonzada cuando ese extraño sonido había salido de sus labios. Miro al azabache que se había detenido impresionado al haberla escuchado y quiso que se la tragara la tierra.

Sasuke sonrió extasiado con el sonido de su voz y una vez más bajó a sus senos lamiendo y escuchando como ella gemía aun más fuerte.

El placer la hacía ver puntitos de colores en el techo de la habitación, su boca húmeda lamia y succionaba su pezón mientras que con su mano jugaba con el otro. Mordía su mano en un vano intento por controlar aquellos sonidos que salían de entre sus labios. Necesitaba algo, tenía la imperiosa necesidad de tener algo en esos momentos pero no sabía qué.

- Sasuke - gimio.

Escuchó su pedido y bajó su mano derecha desocupada hasta sus pantalones, desabotonándolos y bajándolos en el proceso arrastrando con ellos su ropa intima. Aprovechando que la chica estaba abandonada al placer rozó su centro con sus dedos mojando sus dedos en el proceso con su fluido que lo volvió loco. Un rayo la atravesó de pies a cabeza cuando sintió los dedos del chico y se sentó asustada tensándose en ese preciso momento.

- Sasuke - volvió a gemir.

-Tranquila- la interrumpió mordiendo su seno derecho mandándola contra la cama otra vez.

Se separó unos segundos para mirarla completa y se maravilló ante la visión que tenía frente a él. Sus mejillas rojas como manzanas maduras contrastaban perfecto con su pálida piel perlada de sudor que parecía brillar gracias a que era iluminada por la luz de la luna que se colaba por la ventana dando de lleno en ella.

Le costaba admitir que llevaba deseándola desde el día en que la conoció aunque él no quisiera .Le costaba mucho ir despacio y controlarse cuando su erección se apretaba dolorosamente contra sus pantalones.

Segundos después que fueron una deliciosa tortura para ella que se había finalmente quitado la ropa interior y quedado sobre ella en igualdad de condiciones, con cuidado posicionó su sexo en su entrada rozándose contra ella y soltando los dos un gemido extasiados ante ese contacto.

- Sasuke...

Entrelazó su mano izquierda con la derecha de la azabache sobre el colchón y con la otra libre le acarició el rostro. La besó con fuerza deseando poder sentirla y luego comenzó a entrar en ella lentamente.

Abrió los ojos como platos cuando el dolor la asaltó y rompió el beso bruscamente para soltar un grito bajo de dolor. La virilidad de el Uchiha latía caliente en su interior.

- ¿aun te duele?- intentó hablar pero su voz sonaba ronca y baja.

Sus ojos negros y su voz la hicieron temblar de arriba abajo.

Aun le dolía . Pero no hiba a echarse hacia atrás. No ahora que por fin era suyo.

Hiso un movimiento que finalmente rompió el autocontrol del chico quien comenzó a moverse sobre ella marcando un vaivén con sus caderas que lentamente fue sustituido por uno más rápido. Estaba cegado. Lo único que escuchaba eran los gritos de la chica bajo su cuerpo.

Comenzó a sentir que el momento estaba próximo y apresuró más su paso hasta que sintió toda su sangre concentrarse en cierta parte de su anatomía y explotar de una vez derramando su cálida semilla en ella. Echó su cabeza hacia atrás.

Pasaron unos segundos en los que la chica no vio nada más que luces de colores danzar ante sus ojos y algo caliente derramarse dentro de ella. Había tocado el cielo por primera vez y regresado viva.

Salió de su interior dejándose caer a su lado, la acunó entre sus brazos asegurándose de cubrirlos con una sabana.

Se acurruco en el pecho del chico y en eso momento ambos quedaron dormidos de lo agotados que estaban.

Continuará...






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