Himawari se encontraba dormida en una de las camillas de un cuarto blanco del hospital hacia ya varios días que la habían ingresado, varios días que sus ojos perdieron ese azul brillante y hermoso para tomar un negro como las aceitunas. Tsunade no le dijo nada a Naruto y Hinata , decidió callar para tratar de encontrar alguna explicación lógica pero luego de algunas pruebas de sangre encontró la explicación más evidente y verdadera.
—Hinata, te mande llamar porque necesitamos hablar sobre tu hija—
La peliazul colocó una mano sobre su pecho a manera de exaltación —¿Algo malo le sucedió a Hima?—, la rubia negó con la cabeza y se sentó en su escritorio del consultorio —¿Entonces?—
Luego de soltar un suspiro decidió hablar —Se que Naruto no es el padre de Himawari—, los ojos de Hinata se abrieron y colocó sus manos en su boca mientras un par de lágrimas se deslizaban por sus mejillas —No quería pensar en esa posibilidad cuando vi sus ojos pero luego las pruebas de compatibilidad me lo confirmaron—
—Entonces sus ojos...—
—Si, son negros. Cuando la trajeron aquí, el color en sus pupilas era inestable, parpadeaba el color negro y rojo en ellas, por eso le sangraban. Comprenderás que la carga genética entre los Hyuga y Uchiha no es fácil de llevar, especialmente tratándose de los ojos—
Hinata se dejó caer en la silla frente al escritorio con nerviosismo —¿Y ahora que?—
—Pues cuando Naruto se entere probablemente nos espere otra guerra—, Tsunade sonrió con ironía mientras colocó los codos en el escritorio y la barbilla en sus dedos entrelazados —Nunca creí que tu y Sasuke... ¡Ja! Debo decir que estoy decepcionada de ti Hinata—
—Pero yo no sé en qué momento pasó, no recuerdo nada—, al escuchar eso, la rubia arqueo una ceja incrédula.
—¿Sasuke lo sabe?—
—El lo sospecha, el asegura que entre el y yo hubo algo pero como le dije antes, yo no recuerdo nada de eso, he tratado pero no...—, Hinata se alteró y comenzó hablar muy rápido hasta que la rubia la interrumpió.
—Averiguaremos lo que ocurrió pero debes ir pensando en cómo se lo dirás a Naruto—
—No lo se—
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Algunas horas después de meditarlo mucho, la ojiperla se encontraba fuera del distrito Uchiha, más exactamente en la puerta de Sasuke a punto de tocar cuando en eso la puerta se abrió dejando ver al último del Clan poseedor del Sharingan —Hinata—
Ambos se miraron unos segundos, ella lloraba y el estaba desconcertado intentando comprender su llanto —Sasuke—
El la jaló hacia su pecho y tras pegarla a él, acarició su cabello —¿Le pasó algo a Himawari?—, ella asintió y él la apartó de inmediato con los ojos a punto de llorar —¿Que pasó?—
Hinata tomó sus manos y le sonrió —Sus ojos dejaron de ser azules. Los ojos de mi hija ahora son negros—, tras unos segundos analizando sus palabras, el la cargó por la cintura y depositó un beso en sus labios rosas —Es tu hija—
