CAPÍTULO 4

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Hinata se encontraba en el hospital recogiendo las últimas pruebas que le hicieron a la pequeña Hima, con el pasar de los días ella había ido perdiendo la visión, cada vez su mundo se tornaba más borroso y triste, sus ojos azules literalmente estaban perdiendo brillo y eso tenía muy preocupada a la peliazul que enfrentaba sola el problema ya que su esposo se encontraba en una misión con su equipo, ya tenía fuera un par de semanas, -Mami, ¿Cuándo va a venir papá?- la niña se abrazó a su falda y escondió su pequeño rostro en los pliegues de la larga tela blanca, -¿Mi papi si me quiere?-

La ojiperla la cargó con todo el amor del mundo y besó su frente, -Tu padre te ama mi amor pero el tiene que ir a ayudar a las personas que están en peligro-

La pequeña y afligida niña recostó su cabeza sobre el hombro de su madre y empezó a llorar, -Mami no quiero dejar de ver-

-Mi vida, eso no pasará pero si sucede solo será temporal porque yo estaré contigo para cuidarte- Hinata la aferró contra ella evitando llorar, tratando de mostrarse fuerte, -Te llevaré por un helado-

-¿Mi amigo Sasuke esta con papá?-

-Así es Hima, ellos son compañeros y juntos defienden a los demás-

Llegó la madrugada y la pequeña copia de Hinata se encontraba profundamente dormida a su lado mientras que la ojiperla no dejaba de pensar en la situación de su hija, "Es demasiado pequeña para que le este pasando por este tipo de cosas"
Sus cavilaciones fueron interrumpidas al escuchar la puerta abrirse -Naruto Kun-, dijo con una sonrisa y de inmediato se levantó para ir a su lado. Una vez que lo miró buscando comida en el refrigerador se acercó para abrazarlo por la espalda -Te extrañé mucho mi amor-, el rubio se giró para de inmediato elevarla, logrando que enredara sus blancas piernas en la cintura y comenzó a besarla con desespero -Naruto Kun aquí no...-, El pareció no escuchar y solo le sonrío con una típica sonrisa zorruna.

Naruto la tumbó sobre la mesa donde quedó recostada en un instante y se colocó de rodillas mientras mientras con sus manos separaba sus piernas, Hinata ya sabía lo que seguía y su rostro tomó un color carmesí muy fuerte -Te extrañe también preciosa- sin decir más hundió su cabeza entre las torneadas piernas de su mujer para hacer lo suyo en la zona íntima de la chica -No quiero olvidar tu sabor mi vida- la ojiperla cubrió su boca con una mano y con la otra jugaba con los cabellos rubios.

Luego de recorrer todo su cuerpo con la boca la cargó hasta el sofá donde la hacía suya de nuevo como cada noche que estaban juntos. -Te amo Naruto Kun-

-Te amo Hime-

A la mañana siguiente ambos despertaban desnudos y abrazados en el sofá, el rubio fue a tomar un baño luego de otra dosis de lujuria con su mujer mientras que la ojiperla sólo se colocó sus bragas y la camisa de su esposo para luego ducharse.

Al cabo de algunas horas el rubio caminaba con su hija por la aldea mientras la cargaba en los brazos -Papi donde está mi amigo Sasuke-, Naruto sonrió al escuchar que lo llamó amigo -Me debe un helado y dijo que me invitaría a su casa-

-Hima, pues precisamente iremos a casa de él- la pequeña se emocionó y mostró una tierna y feliz sonrisa -¿Quieres mucho a Sasuke?-, ella asintió y solo respondió con un ¡Ajaa!

-¿Papi ya mero llegamos?- Naruto le contestó que si y precisamente se encontraban fuera del distrito -Es una casa enorme como la de mi abuelo Hiashi-

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