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13 de marzo de 2011

Jessica entró después de hacer los recados de la casa y escuchó un ruido que prevenía desde arriba. Pensaría que era un ladrón, cualquier ladrón podría haberse fijado en esta casa era elegante, grande, costosa...

Cogió unas tijeras que utilizaba para la comida y subió arriba sigilosamente mientras marcaba el numero de la policía, dió un giro de 90° y se dirigió hacia su habitación dónde provenía el ruido, asomó la cabeza por la puerta y nada mas asomarse se volvió poniéndose las manos en la boca mientras lloraba fuertemente.

Era su marido.

6 de agosto del 2011

Ryan se acercó a Jessica con su tablet nueva y le dijo.

-Acabo de ver una casa por Miami.... He pensado que seria una buena idea de empezar una nueva vida en una cosa distinta.

- Sí, esta me trae malos recuerdos -estaba intentando no llorar- No ves que todos los días de mi maldita vida pienso en ti y en esa maldita loca en mi cama ¡en mi cama! ¡en mis sabanas!.

-Cariño, ya te lo he dicho fue un error, solo quiero empezar de nuevo tu, yo, Taissa en una casa nueva, tu podrás hacer esa magnifica tarta de chocolate, yo podría estar haciendo mi trabajo en casa y Taissa podría estar escuchando esas canciones penosas o leyendo libros... También podríamos tener un bebé, ¡podriamos ser felices!

-Hay una cosa que no te he dicho, y es que al parecer cuando mi padre murió me dio su hotel en Alaska cerca de Juneau.

-Podemos intentar dirigirlo.

-¡Que dices! No tienes idea del trabajo que conlleva eso. -dijo mientras me llevaba las manos a la cara.

- Vamos a intentarlo, sera divertido.

-Estas loco.

-Mañana podemos ir a visitarlo, quien sabe a lo mejor es buena idea. - se acercó lentamente mientras Jess no se alejaba.

-Mmm solo iremos a mirar, nada de hacerse ilusiones. - dijo mientras su boca se rozaba con las de su marido.

7 de agosto del 2011

Estabamos en el coche para hacer un largo viaje a Alaska. Juneau. Mi madre no paraba de hablar de sus amigas y mi padre lo único que hacia era conducir mientras se urgaba la nariz. Llevaba gafas de sol y su pelo carnoso revuelto, tenia puesta una camiseta de algún concierto de algún grupo que le gustase, la verdad es que me daba igual, nunca fui muy cercana a mi padre; sin embargo, mi madre siempre me cayo bien, siempre estaba conmigo y me comprendía cuando me escapaba del instituto para estar junto a mis amigos para fumar.

Estaba perdida en mis pensamientos cuando de repente mi madre saco la mano y me tocó la pierna, su cara decía que todo iba a salir bien, que no me preocupase por nada.

Mi padre comenzó hablar, estaba mejor callado.

-Taissa deberías de hacer amigos cuando lleguemos a Alaska, he escuchado que hay muchos chicos guapos... Y ninguno se resistiría a ti con lo guapa que eres mi niña. -me dijo mientras me guiñaba el ojo derecho.

Lo miré con cara de asco y lo único que se me ocurrio decir de todo lo que se me pasaba por la cabeza fue lo mas ridículo.

-Ya tengo a muchos tíos detrás mía, si no tengo novio es porque son gilipollas, como TODOS. -dije mientras mi madre se giraba hacia mi y me decía que esa no era la forma de hablarle a un padre.

Después de un buen tiempo en coche solo parando para comer, ir al baño y de vez en cuando a echar gasolina, llegamos.

Siempre me había gustado el nombre de Alaska me parecía tan tan bonito pero cuando tuve enfrente de mis ojos ese hotel todo las cosas bellas que pensaba que vería en Alaska se desvanecieron y solo quedo esa mierda de hotel delante de mis ojos.

Estaba totalmente destrozado, sucio, se sabia que no había sido pintado en años y solo tenía dos plantas ¿que mierda de hotel tiene solo dos plantas? Me pregunté.

Me volví hacia mis padres que estaban igual de sorprendido que yo.

-Estupendo. - dije.

-Habra que hacer algo con esto, supongo. - dijo mi padre mas sorprendido desde la ultima vez que lo mire.

-Ni de broma, nosotros nos vamos de aquí, lo ponemos a la venta y ya esta.

-¿Pero cariño? Nuestro futuro está en esta casa.

-Bueno si le damos unas cuantas manos de pintura y arreglamos el jardín parecerá un poco un hotel, ¿no?.- dijo, supongo que habrá recordado lo inútil que es su vida.

-¡Claro que si!.- se notaba en su sonrisa que mi padre estaba feliz de verdad.

Me dirigí a mi madre -¿Porque te casastes con el? ¿Estabas drogada?. Me miro con una cara de luego tu y yo vamos a tener una charla, sabia que estaría castigada durante mucho tiempo pero valió la pena.

Al rato se escucho a mi padre decir -¿Entonces cual es el plan?

Mi madre y yo nos miramos pero ella dijo -nos quedamos-, supongo que no estábamos pensando lo mismo después de todo.

Hötel DumörtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora