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Mi padre ya lo sabía, intentaba encontrar al padre verdadero de aquel niño, pensaba en el cartero, en los vecinos, y alguna que otra vez acusaba a un hombre que paseaba tranquilamente por la calle de haberse acostado con su mujer, pero todos sabíamos que era imposible que mi madre hiciera algo así.

-¿Te has acostado con alguien mas?- dijo mi padre por décima cuarta vez.

-¡Te he dicho que NO!-decia mi madre histérica- Seguro que se han tenido que equivocar.

-¡Vale!, cuando nazca diremos a quien se parece- le dijo a mi madre mientras cogía las llaves de su coche y se marchaba, últimamente salia mucho a fuera a la misma hora, sobre las 9 se marchaba, y no regresaba hasta las 12.

A las 11 impunto se podía ver a Ryan esperando al lado de una farola y a una mujer acercarse a él.

-Hola.- dijo la muchacha de unos 23 años.-Ya sé que he tardado un poco pero...

-¡No quiero saber nada de ti, ya lo sabes!, ¿que quieres? ¡Todos los días me tienes aqui esperando para escuchar gilipolleces!, ¡me acosté contigo dejame vivir!-dijo Ryan histericamente.

-Podemos volver a ser felices, de nuevo, dijo con una gran sonrisa en la cara- estoy embarazada.

-¿De cuanto?.- dijo sin aliento.

-¿Te acuerdas esa vez que me necesitabas? ¿que querías volver a estar conmigo? ¿que me deseabas? Pues una de esas veces de las tantas que me has llamado mientras vivías en Alaska.

-Oh dios mío, ¡no lo puedes tener! ¿entiendes? ¡no puedes!- dijo casi sin pulmonenes.

-A verlo pensado antes.

-¡Cuanto dinero quieres!.

-¡No quiero tu sucio dinero gilipollas! ¡te quiero a ti! Solamente a ti- soltó mientras se echaba al suelo y se ponía a llorar.

-Pensaremos en algo- se agachó al lado de ella y le acarició el pelo.

En el salón central se veía a Evan y a Emma hablar juntos en silencio.

-¡Que has hecho imbécil!- decía Emma.

-Mama yo simplemente estaba...-dijo Evan agachando la cabeza como un perro cuando le regañas.

-¡Ahora esta mujer va a tener un hijo , que va a ser tuyo!- decía mientras cubría sus manos en la cabeza.

-Mama.- se puso a llorar con la cabeza agachada.

-¡Eres gilipollas igual que tu padre!- dijo llevando las manos al aire- ¿sabes que estas muerto? ¡al saber que criatura sale de ahí!

-Mama... Ayudame... Por favor...- dijo Evan levantando la cabeza nuevamente.

-No sabes lo que has hecho.- dijo marchándose de al lado de su hijo y dirigiéndose a su habitación de hotel. Evan la acompaño pero en vez de girar por el pasillo de la izquierda, giro hacia la derecha dirigiéndose a la habitación de Taissa, abrió la puerta y se la encontró encima de la cama, con un tarro de pastillas.

Estaba muerta.

-¡¡¡¡¡¡Noooo!!!!!!! Taissa respira.... Por favor....- dijo mientras lloraba, la cogió en brazos y la llevo hacia el baño, la puso en la bañera con el detrás, abrió el grifo y le metió sus dedos por la boca haciendo que vomitara, Taissa empezó a echar pastillas aun no digeridas por la boca, mientras el agua les caía por la cara.

Taissa comenzó a llorar.

Hötel DumörtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora