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El Hotel cada vez estaba mas  lleno de gente, ¿como mierda iba a estar tan lleno con sólo dos plantas? Mis padres se pasaban trabajando todo el día, hasta que decidieron contratar a cinco personas para que les ayudara, cada uno tenia algo que hacer.

Mi madre estaba muy estresada así que mi padre y yo (por una vez en la vida) estuvimos de acuerdo en que mi madre subiera y durmiera, nosotros ocupariamos su puesto.

Jessica estaba acostada con su antifaz para no ver ni un destello de luz cuando escucho un ruido.

-¿Eres tú Ryan?.- dijo sin moverse del lugar, estaba recta como un palo.-Ya te he dicho de que aun no podemos hacer nada, necesito tiempo.- el hombre que había en la entrada vestido de látex negro entró, se colocó encima suya y todo paso muy deprisa... A los minutos de que terminaran y el hombre oscuro se fuera, Ryan entró por la puerta.

-Te quiero.- dijo Jessica sonriendo, aun con el antifaz en los ojos.

-Yo también te quiero, podriamos...- dijo acercándose lentamente a Jessica.

-No, creo que ya es suficiente por esta tarde.- dijo mientras se reía.

-Tenía que intentarlo.- dijo mientras se ponía dándole la espalda a Jessica.

Estaba en el salón central leyendo un buen libro cuando una mujer ya anciana se me acerco, poniéndose al lado mía.

-Cuando yo tenia tu edad también me pasaba el tiempo leyendo, después tuve hijos.- dijo mientras me miraba de reojo.

-Me gusta leer cuando hay silencio.- dije pensando en que había sido una buena indirecta.

-Voy a estar aquí durante un tiempo, mi familia esta trabajando fuera, y no me gusta estar sola.- Obviamente, no captó la indirecta.

-Mmm.- ¿Cuanto tiempo se va a quedar usted aquí?

- Creo que unos cuantos meses, cuando ya no tengamos nada pendiente en Alaska, nos vamos.

-Creo que me voy a la cama. Hasta luego señora.

-Llamame Emma.

-Adios Emma.- y me fui mientras pensaba porque una persona pagaría por estar rodeada de gente, con lo bien que era estar sola.

Estaba yendo a mi habitación cuando ví de nuevo al hombre de látex detras mía persiguiendome, empecé a correr pero esta vez sin chillar, me agarro del brazo, estaba pataleando cuando, de repente, se quito la máscara.

Era Evan.

-¡Que haces! ¡Me has asustado!.- le dije mientras le golpeaba tontamente y me tiraba en la pared. El se acercó a mi, nos quedamos mirándonos, se inclinó hacia mi y me besó.

Evan se había ido nada mas haberme dado el beso y yo me había ido a la cama pensando en como una persona a la que clasificarían "loca" podría hacerme sentir cosas que no podría hacerme sentir otra persona.

Pasaron los meses y Evan y yo nos habíamos visto solo un par de veces, y esas veces a penas habíamos hablado.

Entre en la cocina y mi madre me miró.

-Estoy embarazada.- dijo un tanto preocupada.

-¿De quien es Conroe?.- dije mientras le echaba una mirada acusadora.

Hötel DumörtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora