uno

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La noche estaba helada y ella no tenía más abrigo que sus brazos, los mismos con los que envolvía sus hombros con la intención de calentarse el cuerpo. Por supuesto, fue en vano. El frío le calaba los huesos.

Sintió un alivio monumental cuando llegó a su destino y vio a sus dos mejores amigos apoyados perezosamente en una columna. Ellos le sonrieron cuando la vieron llegar.

Hermione se apresuró a envolver el abdomen de Ron con los brazos, ocultando sus heladas extremidades bajo la polera de algodón del muchacho. Sintió que el cuerpo de Ron se estremecía.

—¡Hermione, estás helada!

No contaba con que Ron rompería el abrazo y tampoco esperaba que él le ofreciera su propia polera, pero la aceptó sin chistar y cubrió con ella sus hombros desnudos. La prenda le quedaba grande, tanto que sus dedos apenas asomaban por las mangas.

Le sonrió a Ron en agradecimiento y él le devolvió el gesto.

—¿Qué tal las clases hoy? —preguntó Harry.

Hermione arrugó la nariz como respuesta, no había tenido un buen día y no quería hablar de aquello.

—Te entiendo, mi día también fue horrible —contestó Harry, rascándose la cabeza—. Y los exámenes empiezan la próxima semana, así que tengo mucho que...

—Harry, por el amor de dios, es viernes —lo interrumpió Ron. Harry compuso una débil sonrisa—. Viernes por la noche, podemos sufrir mañana y el domingo, pero no hoy. Y bien, ¿qué haremos?

Ron los miró, esperando escuchar sus sugerencias, pero Harry solo se encogió de hombros y Hermione balanceo la cabeza hacia los lados.

—¿No tienen nada en mente? —preguntó Ron.

—Estoy bien con lo que escojan, la verdad —contestó Hermione.

Harry y Ron se miraron.

—Abrieron una nueva hamburguesería —comenzó Ron—, Charlie me dijo que la comida era buena, quizá deberíamos...

—¡Hermione!

Dio un respingo y giró sobre sus talones. Fleur Delacour iba corriendo hacia ella, con el largo cabello rubio agitándose por el movimiento y una sonrisa resplandeciente en el rostro.

Sintió que sus piernas se estremecían bajo su peso.

—¡Hermione, estaba buscándote! —Fleur se detuvo en su delante y luego saludó a Harry y Ron de pasada. Ellos le devolvieron el gesto con gentileza.

Hermione asintió por inercia, no sabía que más hacer. Fleur se rio con suavidad.

—¿Sí? ¿Me buscabas? ¿Pa-para que me buscabas?

La sonrisa de Fleur se ensanchó y sus mejillas se tiñeron de un suave color rosado. Sus ojos azules la examinaron con ternura, provocando que Hermione sintiera una agradable sensación en el estómago.

—Quería pedirte un favor —contestó Fleur—. ¿Me dejarías fotografiarte otra vez? Si no estás demasiado ocupada, claro.

Sus exámenes empezaban la próxima semana y tendría que ponerse a estudiar con esmero si quería aprobarlos con las notas perfectas a las que estaba acostumbrada, pero no podía decirle que no a Fleur.

Sonrió débilmente.

—Claro, me encantaría.

—¡Guacias! —exclamó Fleur, contentísima—. ¿Te parece bien el martes por la tarde?

—Me... parece perfecto.

—Guacias —repitió Fleur—. Pasare a buscarte, podríamos ir a tomar algo luego.

Epifanía [FLEURMIONE AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora