PRÓLOGO

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CERO,
trick the future.

CERO,trick the future

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EL DÍA AMANECIÓ LLUVIOSO y la lluvia se mantuvo constante durante toda la tarde y, al parecer, las primeras horas de la noche no terminarían pronto. Penélope Fawley había dicho al menos cinco veces - desde que Diana comenzó a contar - que el clima hacía que todo fuera deprimente.

La mansión Fawley era enorme y muy antigua, la decoración era medieval y todo estaba increíblemente oscuro. En las paredes había fotografías de todos los miembros de la familia Fawley desde que se construyó la mansión, encima de los retratos había un escudo de armas de Slytherin, la casa a la que pertenecían todos los Fawley.

Cuando Diana era más joven, solía mirar ese escudo de armas, temiendo romper el linaje, ser una decepción, no pertenecer al lugar al que pertenecía toda su familia. Sin embargo, cuando en su primer año se puso el sombrero seleccionador en la cabeza, no hubo duda de que Diana Fawley era una Slytherin, una Slytherin con orgullo.

Había pasado el tiempo y ahora Diana ya conocía muy bien Hogwarts. Las clases comenzaban al día siguiente y la bruja corría de un lado a otro en su habitación, recogiendo todos los libros, ropa y otros objetos que ponía en su baúl.

—Lo hiciste muy bien en los M.H.B el año pasado pero eso no quiere decir que te vaya a costar poco este año —La voz de Penélope resonó por la habitación. La mujer estaba al final del pasillo pero su voz fuerte se escuchaba por todos los rincones, Diana ya estaba acostumbrada a su madre—. Honra tu apellido y no socialices con la escoria.

—¿Cuándo no lo honré? Es todo lo que me he esforzado por hacer desde el día en que nací —respondió Diana mientras cerraba el maletero.

—Solo estoy asegurándome —Dijo Penélope, quien ahora estaba apoyada en la puerta de la habitación de su hija.

—No estará contento —ella asintió con la cabeza.

—Sigue así querida, apuesto a que cuando el Señor Oscuro resurja, también tendrá una misión para ti.

"Si resurge", pensó Diana, pero no se atrevió a decirlo en voz alta. El padre de Diana, Garett lamentaba profundamente no haberse mantenido firme como Mortífago, no haber ido a Azkaban, Diana sabía que sentía una absurda necesidad de compensarlo, imaginaba que su madre también pensaba eso, cuando en realidad Penélope hacía de todo para que Diana se quedara con Voldemort y no fuera la chica de la profecía, de lo contrario no se hubiera imaginado lo que podría pasar.

—¿No lo viste? —Preguntó Penélope—. ¿No lo viste en ninguna de las visiones?

—No, en ninguna de ellas.

—Esfuérzate más.

"No es algo que pueda controlar, no veo lo que quiero", pensó Diana.

—Me esforzaré más.

—Es bueno que lo hagas, necesitas disfrutarlo cariño, no todo el mundo tiene el increíble regalo que tú tienes —Dijo Penélope.

Pudo haber sido un regalo, pero Diana no consideraba sus visiones algo bueno, de hecho las odiaba, eran la carga que estaba destinada a llevar. ¡Era muy molesto!

Las visiones surgían de la nada, en cualquier momento, iban y venían. En las visiones veía una escena pero no sabía cuándo ocurriría esa escena o por qué, solo la miraba, a menudo viendo gente que ni siquiera conocía.

Para la infelicidad de sus padres, Diana nunca había dicho una profecía, solo tenía sus pequeñas visiones del futuro. Lo consideraba inútil, un poder que no podía controlar y Diana amaba controlar las cosas y no poder controlarlo, la tomaba en serio.

—No he tenido visiones desde febrero —dijo y la madre suspiró.

—¡Espero que eso cambie!

Después de la exclamación, Penélope salió de la habitación.

Diana dejó su baúl en el suelo y fue al escritorio donde consiguió la última edición del Diario el Profeta, había un gran artículo sobre Harry Potter. La bruja puso los ojos en blanco, había visto a Harry Potter varias veces en Hogwarts, pero no había nada de especial en él, era tan ridículo como cualquier miembro de Gryffindor, era un mestizo y además de eso caminaba con Granger la sangre sucia y Weasley el traidor de la sangre. Patético, pensó que él era patético.

Diana era de sangre pura, proveniente de una línea limpia, estaba muy orgullosa de ello y no hizo ningún intento por ocultar sus prejuicios en relación a los sangre sucias, muggles y mestizos. Era la forma en que fue criada, era lo que creía.

Antes de que pudiera tirar El Profeta a la basura, su visión se puso borrosa, sabía lo que iba a pasar a continuación y lo odiaba. Ahora estaba frente a otra escena, mirándola como espectadora.

Reconoció el lugar como el Expreso de Hogwarts, el lugar estaba lleno, voces fuertes, risas, varios estudiantes. Entre ellos reconoció a Fred y George Weasley, los gemelos que causaban un lío y desorden dondequiera que iban. Diana los encontró irritantes e infantiles, que además eran traidores de sangre.

Junto a los gemelos había otro chico que siempre caminaba con ellos pero Diana nunca se molestó en memorizar el nombre. Los tres conversan animadamente sobre algo.

—Es un prototipo todavía —dijo uno de los pelirrojos, Diana no sabía cómo distinguirlos—. Este dulce de aquí lo llamamos "Muerto vivo", detiene la respiración de la persona durante dos minutos y también el latido, pero tan pronto como el efecto desaparece, todo vuelve a la normalidad.

—¿Y funciona? —preguntó el chico—. Eso haría grandes bromas.

—¿Funciona Fred? —Preguntó el pelirrojo, que debió ser George, sonriendo a su hermano.

—Por supuesto que funciona George.

Entonces Fred Weasley se comió el caramelo, en cuestión de segundos no respiraba. George y el otro chico celebraron su éxito antes de tiempo y lo registraron.

El pánico estalló cuando, después de dos minutos, Fred todavía estaba inconsciente.

Diana se encontró nuevamente en su habitación, su primera visión en meses solo confirmó lo que ya sabía: Fred y George Weasley tenían menos tornillos.

Tomó unos momentos para que cayera - el caramelo mataría a Fred - sería la muerte más tonta que ella hubiera visto pero él estaría muerto - con todas las letras, sin regreso.

Un escalofrió le recorrió la columna vertebral, tenía su edad, era demasiado joven e iba a morir por una broma tonta. "No te metas Diana, él lo pidió", dijo una voz en su subconsciente.

Vio el Expreso de Hogwarts, iba a suceder mañana. Se mordió el labio tratando de contener la sorpresa, cuando eso sucediera y todos se sorprendieran, ella ya lo sabría, ni se sorprendería.

"Solo quítale eso de la mano", pensó, pero rápidamente apartó los pensamientos de su cabeza, ¿por qué estaba tan preocupada por eso?

Esa noche apenas durmió, siguió pensando en Fred, lo malo que era morir por esas tonterías. "Toma el dulce, solo toma el dulce", continuó pensando. Fue entonces cuando Diana decidió vigilar de Fred, ese mismo día, simplemente lograría evitar que se lo comiera, porque lo consideraba una muerte injusta.

"Lo voy a ayudar una vez, solo una vez y ya", pensó, pero algo en su interior decía que tal vez no era la última vez.

TRICK THE FUTURE ━━ fred weasley ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora