Nuevo día, nueva vida

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Al despertarme por la mañana, miré a mi alrededor para situarme en un sitio en concreto de la habitación. Al principio no sabia donde estaba, pero después recordé lo que sucedió y también recordé que me allaba en la casa de Minato.

Avergonzado, bajé las escaleras que llevavan al piso de abajo donde estaba Minato sentado a la mesa con un bol de ramen. No pude evitar una arcada pensando en que hiba a desayunar lo que cené ayer.

Por ese momento, me replanteé la posibilidad de encontrar otra persona a la que poder imitar, porque yo no hiba aguantar desayunar, comer y cenar ramen como el maestro.

Sin querer llamé la atención de Minato y él me invitó a desayunar, a lo que yo respondí con una extraña diarrea casual.

Todavia me avergüenzo de aquel momento, pues al salir del servicio me miró con una risa entre los dientes. Ese momento resultó extraño porque nunca antes se me habian quedado mirando durante tanto tiempo de forma incómoda, pero lo más incomodo vino luego al acercarse más a mi y preguntarme en voz baja:

-Kakashi, tienes problemas para ir al baño?-

Mi cara lo dijo todo, mi rostro expresaba una cara de decepción tremenda. Aquel ninja que era mi maestro, era muy infantil, su actitud era similar a la de un niño de siete años. Pero por no hacerle el feo, aparté la mirada y me senté a la mesa sin pronunciar palabra.

No podia creerme que él fuera el mismo que me dijo aquellas palabras tan duras y reflexivas, casi parecia que yo fuera el adulto y él el niño.

Para mi suerte, alguien llamó a la puerta, lo que me permitió distraerme un rato mientras me preparava para ir a la escuela, pero al abrir resultó que los que habian detrás de la puerta eran Rin y Obito. No era del todo una desgracia, pero ya tenia mucho jaleo esa mañana.

Lo primero que hicieron fue darme un abrazo desconcertante, que al final resultó ser una forma de darme el pesame por mi perdida. Rin se mostró muy compasiba, pero el chaval que venia con ella se mostró más distante, lo que me pareció insultante y aun así un respiro.

Al terminar de vestirme me reuní con el grupo de amigos para marchar juntos a la escuela, pues teniamos un gran dia por delante con sus cosas buenas y sus cosas malas, y aquel dia seria el primero de mi nueva vida.

La familia HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora