IV

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Después de pasar un tiempo en aquel lugar decidieron ir al río tal y como había dicho Kayn.

Rhaast parecía feliz de cierta manera, incluso se unió a su pequeña conversación.

Ambos se lanzaron a las aguas del río mientras Rhaast se quedó apoyado de alguna zona seca.

Pasaron el resto del día en aquella zona mientras jugaban, hacían retos entre ustedes y apostaban quien era el más veloz nadando.

Obviamente ganaste lo cual provocó que Rhaast se burlara de su portador, y así empezando una breve discusión entre ambos, de nuevo.

Decidieron regresar a casa cuando caía el anochecer, así que apresuraron el paso para llegar rápido.

Si llegaban antes de la cena era seguro que Zed no los molestaría.

Mientras caminaban por aquel sendero de la mañana notaste que todo se veía distinto, quizás, por la propia oscuridad que empezaba a rodearlos.

Aquella flor que habías visto en la mañana permanecía en su sitio, solo que ahora bajo el manto de la noche estaba brillando en un tono lila.

Te pareció increíble que una flor pudiera hacer eso, pero no había tiempo para admirarla, así que simplemente pasaron de largo.

Lo que no notaste fue que justo después de que se marcharan una silueta aparecería donde estaban aquellas flores y las cortaría para llevárselas.

Al llegar al templo ingresaron sin armar tanto escándalo, dejaron sus cosas en sus respectivas habitaciones y fueron al comedor.

Zed se percató de su presencia pero no dijo nada, respiraron tranquilos al ver que no les molestaría.

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Habías estado distraída en los últimos días, con Kayn y con los entrenamientos. Así que antes de que te dieras cuenta ya era sábado.

No hubiera sido importante pero habías hecho una promesa al yordle de volver los fines de semanas a visitarlo, así que cumplirás tu palabra.

Ahora tenías que pensar en que decirle a tu maestro para poder salir.

Era bastante temprano todavía, el sol no aparecía pero la oscuridad de la noche iba desvaneciéndose lentamente, era un momento perfecto para buscar al maestro Zed.

Sabias que estaría meditando en uno de los lugares más apartados del templo.

Comenzaste a dirigirte a aquel sitio mientras pensabas en las palabras correctas. Al llegar ni siquiera tuviste que hablar, él ya sabía que estabas ahí.

_ ¿Qué ocurre (t/n)? —te preguntó estando de espaldas—

_ Maestro, quería que me diera permiso para salir —fuiste directa con tu respuesta—

Tu maestro se giró apenas a verte, entendiste que debías seguir hablando.

_Le hice una promesa a Kennen.

_ ¿Cuánto tiempo?

_Solo los fines de semana.

_No

_Por favor maestro, siguen creyendo que soy una habitante más.

_Mmm...

Zed lo estaba pensando, yacía un tiempo que tenía un plan de infiltrar algunos espías dentro de la orden, para saber los asuntos que correspondían a Ionia.

Al ser la orden "corrupta" no tenían acceso a información vital, y era difícil afrontar las situaciones de peligro que enfrentara la región.

_Esta bien, pero tendrás que hacer algo.

Ilumina mis Sombras - Shen x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora