Ilumina mis Sombras - Shen x Lectora

III

El viaje pasó relativamente rápido, charlar con Kennen fue divertido e interesante. Seguía siendo bastante temprano así que el sol apenas estaba saliendo.

Él te contó muchas historias y preguntó un poco más acerca de ti.

Contaste algunas cosas omitiendo detalles que te enlazaban con el maestro Zed.

Luego de un par de horas de viaje llegaron hasta un cruce que se dividía en dos caminos.

Tomarías el que iba de camino contrario a tu hogar, porque conocías una unión que se desarrollaba más adelante en la que podías girar para regresar a la que seria tu ruta original.

Se detuvieron para despedirse y antes de que Kennen bajara de la carreta te entregó un paquete.

_ ¿Qué es esto?

_ Se que estabas emocionada por comer Fruto del Dragón, así que me encargue de reponer el que ya tenías.

Estabas sorprendida, nunca habías esperado que el pequeño Yordle se hubiera fijado en ese detalle.

_ No puedo aceptarlo, ya hicieron mucho por mi.

_ Tranquila pequeña, esta va de mi parte —respondió mientras se bajaba de la carreta para que pudieras seguir tu camino— además eres muy agradable.

_ Yo... Gracias, no se como pagarle por esto.

_ No, ya te dije que no hay necesidad.

_ Por favor, no quiero parecer como que me aprovecho de usted.

_ Si tanto insistes, puedes venir a visitarme.

_ ¿Al templo? No... Yo

_ Oh, ¿es por Akali? Tranquila, ella no es mala, su carácter es así, pero no te odia.

No respondiste, la verdad no te preocupaba tanto Akali, quizás lo que te incomodaba era la posibilidad de que Shen estuviera presente.

_ Está bien, vendré a final de semana.

_ Genial, te esperaré con ansias —el pequeño yordle parecía sonreír bajo su máscara—

_ Gracias por todo

_ Ten cuidado en tu regreso

Después de eso lo viste alejar tan rápido que apenas habías tenido tiempo de responder.

Sonreíste ligeramente y continuaste tu camino. Luego de unos minutos lograste ver tu hogar.

Al llegar a la entrada, aquellos que hacían guardia te miraban sorprendidos.
Estaban aliviados de verte sana y salva.

_ ¡Hermana! ¿Dónde has estado? —preguntó uno de ellos mientras se acercaba—

_ Oh, es una historia peculiar, pero no se preocupen —dejaste la carreta a un lado de la entrada—

_ Estamos felices de tenerte de regreso pero... —añadió otro de ellos—

_ ¿Pasó algo? –

_ Si...

_Por favor, detenlo —

_ ¿Qué? —preguntaste dudosa—

Tu hermano señaló a un grupo que estaba en el pasillo donde habían más estudiantes y al centro de ellos estaban Kayn preguntando cómo un maníaco si te habían visto por alguna parte.

Te acercaste a donde estaban mientras lo veías con gracia.

Ya sabias que algo así iba a suceder, Kayn no tenía remedio cuando se ponía así.