VI

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Pasaron todo el resto de la noche admirando la belleza del astro lunar que se alzaba imponente en aquel cielo cubierto de innumerables estrellas.

No tenían sueño, y pronto se dieron cuenta del pasar del tiempo cuando el sol empezó a asomarse entre las montañas que los rodeaban. 

_ Vaya... no dormimos...

_ Si nuestro maestro se entera, nos castigará —sonreíste al saber que eso no pasaría como tal—

_ Nah, eso no pasará, al menos no sino decimos nada —expresó Kayn con una sonrisa cómplice—.

_ A Rhaast no le gusta estar solo mucho tiempo, ya lo sabes —añadiste luego de quedarte en silencio por un rato—

_Oh, es verdad, seguro estará molestando al algunos de nuestros hermanos. Aunque realmente se lo merecen. —dijo Kayn de manera bastante relajada mientras cruzaba sus brazos por detrás de su cabeza—

_ Mejor regresamos, no creo que aguanten un minuto más. 

_Jajaja eso es lo divertido, pero tienes razón, vamos.

Tomaste del brazo a Kayn y esta vez no se quejó, dejando que lo arrastraras hasta el salón donde yacía la guadaña custodiada por dos estudiantes de la orden.

El camino estaba iluminado por antorchas y algunas flores luminiscentes.

Apenas los vieron acercarse, ambos estudiantes que custodiaban la puerta se acercaron casi corriendo llegaron frente a ustedes, y casi suplicando pidieron que se llevaran al arma milenial.

_ Es insoportable, no deja de quejarse —reclamó uno de ellos—.

_ Entendemos que son órdenes del maestro, pero, si sigue así nos reventará los timpanos.

_ ¿Está gritando? — se preguntaron ambos mientras sus expresiones estaban entre la burla y la duda ya que no escuchaban ningún grito o ruido proveniente de Rhaast—.

_Nos haremos cargo, pueden retirarse —dijiste al ver a tus hermanos tapándose los oídos—.

Kayn no pudo evitar reír al verlos irse casi corriendo del lugar.

_Míralos, huyendo de una simple y patética guadaña. ¡Y así se hacen llamar estudiantes de la orden! —exclamó en voz alta para que lo escucharan—

_Cállate Kayn, eso no importa tanto, acaso no te preguntas ¿Por qué nosotros no lo escuchamos?

_ Sinceramente no me interesa, pero, entremos de una vez a ver a esa desgraciada guadaña.

Ambos ingresaron a la habitación y no escucharon nada hasta que estuvieron lo suficientemente cerca del arma milenial.

Era un insistente chillido, ya podían entender porque sus hermanos se quejaron de que el arma estaba gritando. Incluso la palabra gritar se quedaba corta ante el ruido ensordecedor que emitía Rhaast.

_¡Rhaast!

Ambos se taparon los oídos, ni siquiera ustedes podían soportarlo.

_ ¡RHAAST! —Kayn alzó más la voz para que el darkin lo escuchara—

_ ¿Qué? —pronto el chillido dejo de escucharse y pudieron quitar sus manos—

_ Se puede saber ¿qué demonios haces? —preguntó Kayn algo irritado—

_Cantando — respondió el arma milenial—

_ ¿Cantar? Más parece que quieres destruir los tímpanos de los que este escuchan—dijiste indignada

_Eso es culpa de ustedes dos —reclamó la guadaña—

_ Encima es nuestra culpa —Kayn se molestó al escuchar esa respuesta—

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⏰ Última actualización: Jul 03 ⏰

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Ilumina mis Sombras - Shen x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora