°La noche en la que te besé° Strangers From Hell

24

Ji-Eun abrió la puerta del cuarto piso, era un desastre, de inmediato se tapó la nariz al oler algo sumamente desagradable. Olía como perro muerto, pero más fuerte.
Era claro que el lugar no era para nada seguro, sabía que si buscaba lo que encontraría no sería de su agrado, pero realmente quería ayudar a Jeong Hwa. Y realmente quería que se supiera quien había sido el asesino de Jae-Ho.

Estaba metiéndose en algo de lo que no iba a poder salir.
JiEun pasaba por cada habitación, entre más se adentraba más sucio se veía todo, los cuartos se veían hechos trizas, el fuego los había consumido casi por completo.
Era raro que todo estuviera tan quemado pero el clima ahí se sintiera tan frío.

Llegó hasta el fondo, donde había una sola puerta enorme, se acercó poco a poco, y el olor simplemente se estaba haciendo mucho más intenso, tosió algo asqueada por el olor, se estaba haciendo casi insoportable cuando abrió la puerta.

La habitación era enorme, todo estaba sucio excepto por una esquina, donde había una silla con iluminación incluso.
Ji-Eun, nerviosa por lo que estaba apunto de ver se acercó poco a poco, parecía que el olor incluso se impregnaba a ella.

Sintió pronto como su corazón empezaba a latir tan fuerte que sentía que se podía ver el corazón sobre su ropa, la silla estaba empapada en sangre.
Tapó rápidamente su boca, estaba a nada de vomitar, tropezando y cayéndose al suelo, eso causó un estruendo en el piso.
De inmediato se levantó, tenía toda las pistas en ese lugar, sacó su celular y apuntó hacia la silla, tomó algunas fotos, para luego darse la vuelta pensando solamente en irse rápido de ahí.

Pero al darse la vuelta, tiró su celular de inmediato.

—Nos encontramos de nuevo, ¿eh?-.

Jeong Hwa esperaba en la sala del laboratorio ansiosa, sacó su celular y le envió un mensaje a Ji-Eun

En unos minutos me van a decir que tiene la jeringa dentro, ¿Quieres que te recoja del trabajo?

Enviado

Suspiró esperando si había respuesta, hasta que de pronto la puerta principal se abrió.

—Ven Jeong Hwa, pasa-.

Jeong Hwa se sentó algo nerviosa y desesperada, si alguien de la estación de policía se enteraba muy seguro sería despedida.

—Antes de decirte necesito preguntarte, ¿sabes que si alguien sabe de esto te pueden despedir, verdad?-.

—Lo sé mejor que nadie-.

—¿Entonces por qué lo sigues haciendo?-.

—Tía, si te cuento, ¿me creerías?-.

—Sabes que puedes contarme lo que sea-.

Jeong Hwa tomó un momento para organizar lo que iba a decir

—Creo que mucha gente corre peligro, puede haber un asesino serial o incluso varios, y realmente nadie está haciendo nada. ¿Ser policía no se trata de proteger? No entiendo como todos se pueden quedar de brazos cruzados-.

—Está bien, no lo entiendo del todo, pero te comprendo-. La tía de la oficial sacó unos papeles, entregándoselos a Jeong Hwa-. La jeringa contenía un sedante que es casi inmediato, generalmente es usado por los dentistas-.

—Por los dentistas...-. Jeong Hwa empezó a leer los resultados, pero se detuvo al ver que su celular estaba sonando, era Ji-Eun-. JiEun, dame un moment...-.

—Ayúdame-. Jeong Hwa de inmediato se alarmó al oír la voz temblorosa de Ji-Eun, olvidando por completo lo demás-.

—¿Ji-Eun? ¿Qué pasa? ¿Estás bien?-.

—Holaa, ¿adivina quién es?-.

—Dónde carajos está Ji-Eun-.

—No, incorrecto, soy Jong Woo-. Jeong Hwa se levantó de su lugar, saliendo del edificio-. Te tengo una buena noticia y una mala; la mala, es que tu novia se metió en lo que no debía, y si no llegas pronto puede que no siga viva, y la buena es que todavía tienes la posibilidad de que las dos salgan sanas y salvas de esto-.

—Jong Woo, dime dónde están-. Jeong Hwa apurada tomó las llaves de su carro, encendiendolo-.

—Ey, no tan rápido oficial. Primero vamos a lo básico, no puedes colgar de esta llamada, ¿entiendes? Si le avisas a alguien y llegas con alguien más, se muere-.

—Está bien, entiendo-.

—Entonces nos veremos en la pensión-.

—¿Fueron ustedes verdad? ¿Tú los mataste?-. Pudo escuchar a Jong Woo reír al otro lado del teléfono-.

—No lo sé, ¿Lo hice?-. Hablo Jong Woo en un tono sarcástico-. Incluso si te dijera que lo hice, ¿qué otra prueba tienes? No hay ninguna evidencia que me pueda culpar más que el hecho de que yo trabajaba con él-.

—Jong Woo, este no eres tú, por favor recapacita-.

—A ustedes dos si que les gusta fingir que me conocen. Jeong Hwa, el problema es que este es quién soy realmente. Pero no te pongas triste, de alguna manera te debo un favor ya que tú fuiste la única que intentó ayudarme, por eso te estoy dando la oportunidad de que puedas salvar a Ji-Eun-.

Jeong Hwa no podía evitar llorar, estaba desesperada y frustrada, conducía lo más rápido que podía.

—Aigoo, no llores-. Escuchó esta vez una voz distinta; era MoonJo-. Después de todo, ustedes fueron las que se quisieron meter en esto-.

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