No soy Kira

Esta historia se la quiero a dedicar a esta personita Parasito543 como lo prometí, espero que te guste, aunque sea mi primera historia de este fandom.

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— Pasaremos todo el tiempo esposados, así podré vigilarte, Light-kun — dijo L mientras se sentaba en su silla.

— Muy bien te demostraré que soy inocente y atraparemos a Kira — le sonrió tan sinceramente que era difícil creer que se trataba de un asesino.

L solo lo miro y asintió, tratando de creer en esas falsas palabras.

Los días seguían pasando de esa forma monótona, tenían cerca a Kira, pero L sabía que ahí había gato encerrado, y todo se estaba dando muy fluido, demasiado.

— Yo, no soy Kira, pero si lo pienso bien mi ideología coincide con el, tantas pistas y que yo sienta que pienso como el, no, yo no soy un asesino, es imposible haber matado tanta gente y no acordarme de ello, por lo tanto no lo soy, no... ¿No?.

— ¿Qué pasa Light?.

— ¿Eh? — pregunto distraído.

— Llevas observándome  2 minutos, ya sé, te molesta que sea el único con pastel ¿Cierto?.

— Eh... No... No.

— Toma — dijo y le dio la rebanada.

— No, no es necesario.

— Pero te la quiero dar...

— No, no, es tuyo — trato de sonreír.

Estaban discutiendo quien se comía la rebanada de pastel, cuando los interrumpieron, tenían que seguir con la investigación.

Encontraron una pista de un sospechoso, pero tendrían que ir al lugar ellos mismos.

— ¿Te gustaría un poco de acción, Light?.

— Claro, hagámoslo.

Se dirigieron al lugar correspondiente, una casa abandonada muy sospechosa.

Revisaron el lugar, solo se encontraba una persona ya muerta, aparentemente de un paro cardíaco.

Al no encontrar nada, salieron por la puerta principal, junto con los policías, cuando un disparo se escuchó.

La bala se dirigía hacia los policías, pero se apartaron dejando el camino libre hacia los dos chicos.

— ¡Ryuzaki cuidado! — grito el castaño, botándose junto con el.

Ambos cayeron al piso, saliendo ilesos de la bala.

— ¿Estás bien? — pregunto Light.

— Si, gracias — le contesto aún algo afectado por la situación.

Light asintió, lo ayudo a pararse y le dedico una sonrisa sincera, que de eso no tenía nada.

— ¿Chicos están bien? — pregunto el señor Yagami.

— Estamos bien, papá, no te preocupes.

— ¿Quién disparo esa bala? — pregunto L, mordiendo su dedo.

— No lo sé, parece que salió de la nada.

— Eso si que está raro, Ryuzaki creo que es mejor que regresemos, por tu seguridad — dijo genuinamente preocupado, a lo que el pelinegro solo asintió.

Volvieron en la limosina con Watari, de todos modos estaban esposados y tenían que viajar juntos.

A ninguno de los dos les afectaba, ya que muy en el fondo ambos guardaban sentimientos por el otro, que por las circunstancias no se podían expresar.