🄻🄾🅅🄴🄻🄴🅂🅂 [FINALIZADA]

FINAL 1/2

— Piénselo por favor.. Por la amistad que alguna vez tuvieron. Por ese amor bonito que usted sentía... Por favor. — Casi le suplicó.

— Hasta luego — Fue la respuesta de Yibo mientras le abría la puerta para que se fuera y el finalmente pudiera descansar.

Trató de dormir y por un momento casi lo logró pero habían demasiados pensamientos en su cabeza  y recuerdos de lo que el pelinegro alguna vez significó para el. Pensó en lo mal que se debía sentir Zhan pero por más que lo intentara no había nada que pudiera hacer para ayudar. 

¿Tal vez podría convencerlo de que se arrancara la flor? 

¿No era peor para alguien muriendo de Hanahaki que su persona amada estuviera justo en frente sin poder corresponder los sentimientos? 

No pudo dormir y en la mañana siguiente con unas ojeras gigantes decidió que las cosas no podían ser simplemente de esa manera, así que llamó a su manager sin saber si el encuentro con Xiao Zhan podría ser contraproducente. 

— Pide una licencia. 

— ¿De qué estás hablando?. Estás a la mitad de un proyecto. 

— Lo sé, pero esto es algo de vida o muerte. 

— ¿Estás bien? 

— Mn. Hay un familiar enfermo. 

— Wang Yibo. No. ¿Acaso tu eres médico? 

— Ya tomé mi decisión, haz lo que tengas que hacer. — El castaño habló con un silencio infernal que le hacia temer al otro porque no sabía o al menos el manager se sentía como si realmente a su representado no le importara nada. Ahora tenía que encargarse del desastre que iba a ser causado por su ausencia. 

Después llamó a la mujer que le había visitado la noche anterior la cual le dio la información del sitio privado donde se había encerrado el pelinegro escondiendose del mundo mientras se moría. 

Pensó que los padres de Zhan debían estar ahí con el. 

¿Tal vez lo odiarían tanto como su madre odiaba a Zhan? 

Después de varias horas, sin tan siquiera ir a saludar a su madre sabiendo que estaba en su pueblo natal, se dirigió al hotel de lujo. Tocó la puerta insistentemente pero nadie abría... 

¿Había llegado tarde? 

— ¿ Hay alguien en este apartamento?  — Después de que el y Yeung llamaran incansablemente sólo se le ocurrió hablar con el encargado. 

— Es extraño. Tal vez deberías esperar hasta las 8:00 

— ¿Por qué? 

— A esa hora viene un chico domiciliario a traer algo de medicinas y comida, creo. Tal vez puedas ver al señor Xiao  entonces. 

Yibo insistió por algunos minutos más sin encontrar respuesta alguna, así que miró su reloj y  caminó al rededor del edificio, por el parque, comió algo mientras  los recuerdos no paraban de dar vueltas en su mente. 

A la hora indicada regresó y justo como el encargado le había dicho, el domiciliario abrió la puerta  e ingresó con las bolsas que traía con el. 

— ¿Perdón? — Preguntó el chico al ver que Yibo intentó ingresar con el al apartamento.

— ¿Quién eres? ¿Donde está Xiao Zhan?  

— Lo siento. Nadie puede entrar, mi nombre es Fang Xing. Le hago los mandados al señor Xiao. — El chico focejeó tratando de cerrar la puerta pero falló. Yibo ya estaba adentro y no tenía intenciones de salir.