En unos minutos estábamos en frente de la casa. Kai bajo y rápidamente abrió mi puerta.
-Kai... ¿y qué debo usar?- le dije mientras subíamos las escaleras
-Lo que tú quieras...- me dijo riendo -De todos modos te ves hermoso- dejo de caminar para abrazarme.
-Kai... ¿seguro que no quieres que te espere aquí?- le dije haciendo mi cara de suplica lo mas convencible posible.
-Me gustaría que fueras conmigo, pero si no quieres ir está bien- me dijo acariciando mi mejilla. Después de esto que me había dicho me era imposible decirle que no.
-Me iré a cambiar...- bese sus labios y entre a mi habitación.
Entre al baño para abrir la regadera y que el agua comenzara a templarse, mientras esto sucedía, fui a mi closet para buscar que usar. No lograba decidirme hasta que me decidí por una camisa color salmón, un pantalón blanco pegado y una chamarra de cuero negra. Lo deje sobre mi cama y regrese a la regadera. Saque toda mi ropa y entre, dejando que las tibias gotas de agua se llevaran lo que sobraba en mi cuerpo.
Ya vestido comencé delinearme los ojos, y un poco de bálsamo labial, como siempre. No muy cargado. Mi cabello lo peine hacia arriba haciendo un estilo de copete. Tome mi celular lo metí al bolsillo de mi pantalón y salí, me encontré con Kai, volteo a verme sorprendido.
-Se te van a salir los ojos...- le dije riendo mientras caminaba hacia él.
-Tú eres el culpable...- me dijo abrazándome por la cintura -Te ves hermoso- me dijo con una sensual voz, que todo en mi interior se estremeció. Seguro que se dio cuenta ya que una victoriosa sonrisa se formo en sus labios y me apego aun más a su cuerpo, para unir nuestros labios. Con una lentitud rosaba mis labios, disfrutando mi brillo labial.
- ¿Vanilla?- me pregunto dudoso separándose de mis labios.
- Si no estás seguro prueba de nuevo- le dije pasando mis brazos por su cuello, sonrió y sin pensarlo dos veces volvió a besarme, nuevamente devoraba mis labios de esa forma tan especial que me hace delirar. Ahora yo me separe de él y lo mire pero seguía con los ojos cerrados.
-No lo sé... aun no estoy seguro...- dijo haciendo una mueca graciosa.
-Eres un mentiroso...- le dije riendo desde el primero sabía que era vanilla, solo lo decía para seguirme besando.
-Sabes...- me dijo sensualmente -Puedo hablar y avisarles que llegaremos tarde- levantaba rápidamente sus cejas.
-KAI...- alargue riendo.
-Está bien... vamos- dijo poniendo en blanco los ojos mientras tomaba mi mano para caminar hacia las escaleras.
Llegamos a una hermosa y gran casa, color blanco y con un enorme jardín, iluminado por unos rústicos faroles de luz blanca.
-Es hermosa- le dije a Kai mientras miraba con detenimiento la residencia, me dedico una sonrisa mientras se estacionaba.
-Yo te abro...- me dijo antes de bajar del auto, aun no me acostumbraba a que siempre me abriera la puerta. Pero esos detalles como abrirme la puerta, tomarme de la mano y dar pequeños besos en mi mejilla, me fascinan.
- ¿Entonces?- le pregunte claramente sobre nuestra 'relación'.
-Pues a mí no me molesta decir que estamos saliendo...- me dijo jugando con mi cabello - ¡No amigos! ¡No novios!... ¡Saliendo!- al fin aclaro mi más grande duda -Pero si te causa problemas con tus padres, lo mantenemos en secreto- me dijo sonriendo.
-Creo que es mejor la segunda opción...- le dije ya que no quería que mis padres se enteraran ya que inmediatamente lo cambiarían. Tomo mi mano pero de inmediato me soltó.