diez

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Hoy me citó en la terraza.

Ella.

Más temprano, y no sé para qué.

Ya tenemos pactado un supuesto horario, pero me habló específicamente para decirme que vaya antes, bastante antes a decir verdad, no sé porqué y tampoco me dio detalles, no quise indagar más, ya que está ocupada, y no me cambia nada un par de horas de intriga.

Un hermoso domingo.

Que hoy puedo ver con otros ojos.

Sí, trabaja los domingos también, al menos este.

El día está hermoso, no hay ni una sola nube en el azulado cielo, y claramente, ni rastros de tormenta, lo que predice un buen clima, el sol está más brillante que nunca, o al menos lo puedo ver más brillante que antes. No tenía ganas de quedarme en ese tóxico departamento toda la tarde, por lo que salí a pasear, a la plaza más cercana, recorriendo y disfrutando de los silvestres aromas, al menos los que captaba, en verdad quería disfrutar esta primavera, sola actualmente, pero no cambia en nada si en serio lo quieres.

Obviamente me hubiera encantado ver el atardecer con ella, pero no se pudo, lo tuve que admirar sola, un maravilloso atardecer que me encantaría mostrarle, tan solo pasándole la hermosa imagen mental.

Este día va a terminar mejor de lo que lo estoy pasando ahora, no en mi sola compañía, que aprendí a comprender y valorar.

Sino con la suya.

[...]

Llegué, ya de noche aunque no fuera tan tarde, y ella estaba ahí, esperándome.

Me acerqué y no fue necesario saludar para que me notara, que ya había captado mi presencia, demostrándome esa típica hermosa sonrisa de siempre.

Esta vez ella había traído los snacks, y preparado la bebida, se lució porque había varias cositas ricas, con una pinta genial, poniéndome un poco más feliz, si es que eso era posible.

—¿Cómo estás Dahyunnie? — me senté en la lonita junto a ella.

—Super bien, ¿Y tú? — comencé a admirarla, ese perfecto rostro que tiene.

—Bien. — me respondió un poco cortante, mirando para abajo y luego de vuelta hacia mí.

Eso fue raro.

—¿Segu-

—Cuentame lo que hiciste hoy. — me interrumpió, demostrando una sonrisa de vuelta, muy superficial.

—Eeh okay, hoy fui a la plaza, a dar unas vueltas, estaba hermoso, no te imaginas lo lindo que estuvo... — seguí hablando por un rato más, ahogando el silencio — de verdad me hubiera gustado, haberlo visto juntas, ahora di-

Iba a terminar la oración pero fijé mi atención antes en ella, parece que no estaba escuchando nada de lo que decía. Tiene ambas manos en su rostro, tapándose por completo las facciones y refregándose fuerte la piel.

—Oye, ¿Estás bien?

—Sí, continúa. — destapó sus ojos para verme, con una falsa sonrisa y una mueca de cansancio, claramente no me había escuchado.

—Ya terminé, dime que te sucede.

—No...

Volvió a taparse la cara pero con los brazos, mientras cerraba sus palmas contra su frente, como si estuviera destruida, bajo un gran dolor.

—Cuentame por favor. — me acerqué a ella y la abracé, se mueve mucho.

—Lo siento.

—¿Qué sientes? — no comprendo.

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