❬ 009. El castigo ❭

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Snape llevó a todos a su oficina, primero pasaron Fred, George y Amy. La chica estaba nerviosa ya que solía recibir castigos de de Snape, pero ahora sentía que todo iba a ser peor. Los chicos ya estaban bastante acostumbrados. 

El hombre se acomodó en su asiento poniendo sus manos en la mesa. El trio también se acomodó en un lugar. 

—Bueno, veo que tenían una poción en sus manos, la cual noté en estos días que había desaparecido mágicamente— comenzó el profesor, los chicos escucharon atentos—. Acabo de resolver el misterio de como desapareció. ¿Algo que decir al respecto? 

—Era por una buena causa...

—Si, por una buena causa tendrán un castigo mayor— comentó esta vez parándose de su lugar— Irán a juntar el excremento de los animales con Hagrid. 

Esta vez Fred y George abrieron sus ojos como platos, los castigos que Snape les solía dar eran mucho menos que esto, como limpiar trofeos o quedarse más tiempo en el salón de clase, o hasta incluso simplemente hacen un poco de tarea de más.

—¡Ah! y setenta puntos menos para Gryffindor— agregó. 

—No es justo profesor, por favor— insistió Fred pero Severus no accedió.

Él los hizo retirarse para llamar a Luna, Martina y Ron a su oficina, ellos estaban nerviosos, en especial Martina nunca había recibido un castigo desde que llegó a Hogwarts y esto no le gustaba para nada.  

Entraron a la oficina, con la piel de gallina. Ron algo acostumbrado a los castigos de Snape esperó lo peor y Luna, quien nunca estuvo en la oficina, se limitó a explorar el lugar con la mirada. 

Se acomodaron en los asientos. 

—No se preocupen, ustedes tendrán un castigo menos malo que el de los otros tres, nada más mañana limpiaran trofeos y como tienen suerte no les bajaré puntos porque ya lo hice con los demás.

Martina suspiró de alivio una de las cosas que más temía era que le sacaran puntos, y no podía permitir esto. 

Salieron de la oficina sin decir una palabra, cada uno se fue por su parte. Estaban todos cansados y había sido un largo día. 

Ron estaba inseguro y algo confundido. Por parte de Martina ella se sentía algo mal y avergonzada, no sabía bien por qué. 

Los gemelos y Amy estaban algo enojados con la vida en general, no entendían el porque su plan no salió como lo esperaban. Y Luna simplemente estaba tratado de armar el rompecabezas de lo que había pasado.

Fue una larga noche para todos los chicos, incluso algunos no fueron a comer.  

—¿Por qué Ron no está aquí?— preguntó Hermione a Harry, como si este pudiera saber la respuesta—. Es raro que no venga a cenar, ya sabes como es él. 

A Harry también le pareció extraña la ausencia del pelirrojo pero no tenía idea de donde podría encontrarse, simplemente se dedicó a ver a cada rato la puerta del comedor para así saber si el chico venía o no, puede que hayan peleado pero eso no quita el hecho de que se preocupe por él. 

Ron miraba el techo de su habitación mientras se acomodaba para dormir, pensaba y pensaba ¿Qué fue lo que pasó hoy? se preguntaba a si mismo. 

Martina también veía el techo de su cuarto, todo era confuso y no entendía porque el chico abría de tener dicha poción en su bolso. Aunque los gemelos les quisiera hacer una broma no sabía cual estaría siendo dicha broma. Y ¿Qué tenía que ver Amy en todo esto? Ella solía pasar el tiempo con los gemelos pero nunca pasó algo así.

La cabeza de Amy solo podía pensar en lo enojada que llegaría a estar su mejor amiga, de seguro debe sospechar de que ella tuvo algo que ver por la pelea entre los gemelos y la castaña, pero no podía pensar en una disculpa decente que dar al respecto, siquiera se atrevió a bajar al comedor para comer algo y verle la cara, es como si su mundo se derrumbara de la nada y ya nada tuviera sentido. 

Se sentía decaída y sin ganas de tener los ojos abiertos si quiera.

————๑————

Llegó la mañana siguiente, todos se despertaban algo casados e irritados, otra semana de escuela tenían que comenzar y para los que no durmieron, como George pensando en que disculpas dar, todo se complicaría.

El desayuno fue algo muy aburrido para Ron quien veía a Harry hablar felizmente con Hermione, esta se acercó al chico para hablar con él. 

—Ayer no viniste a cenar...

—No tenía hambre— contestó seco y frío tratando de esquivar la mirada de la chica. 

—Bueno al menos la próxima me avisas, me tuviste preocupada. 

Hermione se retiró y Ron suspiró, si quería sentirse mejor debía tratar de sacar de su mente a sus ex mejores amigos. 

Luego de un largo día de tareas debía cumplir con el castigo que Snape le había dado, su humor era terrible y no tenía ganas de absolutamente nada.

Martina ya había llegado, él dejó su mochila a un lado y agarró un trapo.

—A veces me pregunto como harán los muggles para limpiar sin magia todo el tiempo— habló el chico que comenzó con los trofeos más antiguos.

—En casa una vez a la semana, para no aburrirnos, limpiamos la casa como muggles— comentó la rubia—. Luna dijo que sería una buena idea, a ella le encanta todo tipo de cosas nuevas...

—Debe ser divertido limpiar en familia, supongo.

—No es lo mismo sin mi madre— dejó de limpiar una medalla y miró al suelo.

—¿A qué te refieres?— preguntó este imitando su acción algo confundido.

—Mi madre murió cuando tenía diez, fue por un experimento— explicó—. Ella amaba hacer ese tipo de cosas...

—Lo siento mucho, yo no quería...

—No, está bien—lo interrumpió— Es algo que no duele como antes, pero es nostálgico.

Martina contaba las cosas como si fuese ella misma, se sentía extrañamente segura al decirle esas cosas al chico. Nunca antes le había dicho estás cosas a alguien, ni siquiera a Luna. Ni mucho menos de como se sentía.

Ron se levantó sintiéndose algo mal por ella, pero la conversación había acabado y ya no sabía que hacer.

Al segundo se percató de que habló con la chica que amaba sin haber tartamudeando o hecho el ridículo, esto le sacó una pequeña gran sonrisa, que no había tenido desde ayer.

—Oye— agregó ahora sí algo nervioso.

—¿Si?

—Lamento lo de mis hermanos, ellos aveces no piensan y...

—No te preocupes, está todo bien— sonrió y volvió a lo que estaba haciendo.

————๑————

—Espero que Martina y Ron la esten pasando mejor que yo ahora— habló una Amy cansada de limpiar.

—Bueno, que digamos nuestro plan de cierta forma funcionó— esta vez quién habló fue Fred.

—Lo raro es que Martina no actuó como si estuviera enamorada de Ron, tal como lo hace la amortentia— pensó en voz alta George.

Los otros dos se miraron e hicieron caras de confusión, lo que el chico decía era verdad.

—Debemos ir a la biblioteca mañana, espero verlos allí— ordenó la castaña para luego seguir con el castigo.

LOVE POTION | Ron Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora