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P

or favor, considere todas las etiquetas que puse al principio y también tenga en cuenta que esto tiene un fondo muy feminista (por sí no se había notado). Hay saltos del tiempo en cada capítulo y puede que esté ooc, no me acuerdo mucho que dice.


De ante mano me disculpo por lo largo (y oscuro por partes) que al final resultó.

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Gai suspira contra la corriente de viento cálido y el breve borrón de arena del campo de entrenamiento, caminando y sosteniendo pesadamente la enciclopedia que Kurenai le había dado para leer en su cumpleaños anterior y Gai había ocupado como pesa de entrenamiento antes de conseguir un par de buenas mancuernas lo suficientemente eficientes, descartando el libro en un rincón.

Ahora, sin embargo, parece un buen momento para leerlo. El sol brillaba lo suficientemente alto y aunque tirarse al pasto y leer un par de libros se sentía casi como desperdiciar la juventud de la que tanto hablaba su padre, se recuerda a sí misma que cultivar el conocimiento era parte de su camino en el sendero vigoroso de la vida.

Gai levanta un puño en el aire, sintiendo ya la adrenalina del aprendizaje fluyendo en ella. Tal vez podría hacer un calentamiento antes, trecientas vueltas al pueblo. O tal vez quinientas, ¡yosh! Su espíritu ya se estaba encendiendo de solo pensar en aprender y hacerse fuerte, cultivando con pasión los frutos más bellos de la primavera de su vida.

Sus pies alcanzan prontamente una rama, considerando la idea de llegar más rápido a las puertas de la aldea cruzando el parque de Konoha, arrastrándose entre la maleza discretamente y escuchando el arrullo de los pájaros y murmullos de sus compañeros shinobi que se reunían a la redonda.

Gai hace una breve pausa cuando pasa por un grupo pequeño, deteniéndose abruptamente cuando sorprendentemente el susurro de su nombre llega hasta sus oídos.

— ¿Hablas de la hija de Dai? — una voz ronca y baja dice, y Gai se congela en su lugar, preguntándose si incluso después de tanto tiempo la gente seguía hablando cosas de su padre.

Entonces hubo muchos rumores dolorosos. La gente fue cruel, con los dos, y Gai tuvo que hacer callar a más de uno antes de que finalmente todos callaran y ella pudiera ignorar cualquier ofensa por completo.

Sus pies se tensan en la rama y por un momento está dispuesta a dejarlos ir. ¡Pelear por nimiedades no tenía caso! ¡Estaba demasiado ocupada cultivando su camino a la cima como para tomar en cuenta las tonterías de algunos shinobis! Todo debería resbalársele fuera, como decía papá.

Gai acomoda la enciclopedia otra vez debajo de su brazo, pero antes de que pueda dar el siguiente salto el otro chico responde con la voz aguda — Sí, ella. Ha crecido útilmente, ¿no te parece?

El tono que usa no es ofensivo, pero Gai no alcanza a descubrir de qué se trata y se congela, secretamente orgullosa de pasar desapercibida para dos jounin de alto nivel.

— Realmente lo ha hecho — los dos se ríen de ese mismo extraño modo, haciendo que la curiosidad de Gai se encienda como las furiosas llamas de un brillante... — Aunque es una lástima que sea lesbiana.

La rama casi la deja caer cuando Gai salta involuntariamente, parpadeando confundida y mirando hacia abajo, tratando de averiguar si había escuchado correctamente la línea de sus compañeros.

— Sí, realmente hubiera sido un buen partido — el primero se ríe, aunque a Gai le parece que es demasiado grande como para decir algo así.

El otro hombre, mucho más joven y que tal vez Gai había visto una generación delante de ella, solo se encoge de hombros — Tal vez, ¡aunque ella sola podría molerte de un golpe! Realmente aterradora, ¿no?

¡El corazón de la noble (y hermosa) Bestia de Konoha!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora