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¡Advertencia!
Este one-shot está basado en una de las historias publicadas en mi perfil, ·this is me trying·. Si estás al día con ella, no hay problema en leer este one-shot. Si no tienes intención de leerla, tampoco hay problema.
Sin embargo, si no estás al día o tienes la intención de leerla en el futuro, este one-shot puede contener posibles spoilers si todavía no has alcanzado el capítulo 42.
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—Si no tuviera esa cara de amargada sería una novia preciosa.
—Es una pena que no esté bien de la cabeza.
Bella podía escuchar perfectamente sus comentarios. Tampoco es que los invitados fueran precisamente discretos; parecía que no les importaba alzar la voz lo suficiente como para que ella los oyera sin problemas mientras avanzaba a paso lento por el pasillo.
—No les hagas caso, Bella. Solo te tienen envidia —susurró Ben a su lado, instándola a mantenerse erguida.
—¿Envidia?
Le costaba creer que alguien pudiera tener envidia de un cadáver andante como era ella en ese momento, con el estómago vacío, las piernas temblorosas y las rodillas llenas de hematomas por haber pasado la noche agazapada sobre la taza del váter.
¿Envidia? ¿De tener que unirse a alguien para siempre por obligación? ¿De llevar un vestido que ni siquiera he elegido yo? ¿Un apellido que me repugna?
Menos mal que estaba Adler al final del pasillo, aferrándose uno de los botones de la chaqueta con nerviosismo, tragando saliva con demasiada fuerza mientras intentaba no echarse a sus brazos para abrazarla.
Menos mal que él tenía suficiente amor para los dos en su corazón. A Bella casi la apenaba pensar que Adler terminaría encadenado a una persona que no le ofrecería nunca lo que él necesitaba. Siempre que la besara estaría besando un cadáver sin sentimientos y Bella odiaba tener que ser esa carga para él.
Pero ya no podía echar a correr. No cuando había avanzado tantos metros por el pasillo. No cuando todas las personas sentadas a su alrededor tenían un arma mortífera al alcance de la mano que la detendría en su camino a la libertad.