Amnesia

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Todo era tan oscuro... era como si un extraño tipo de neblina cubriera mis ojos, ademas mi cuerpo se sentía demasiado flojo, era como una pequeña muñeca de trapo con un par de ojos de botón en el rostro.

¿Así se sentía morir? ¿Me encontraba realmente muerta?

De pronto sentí como mi conciencia volvía, la sensibilidad en mi cuerpo regresaba lentamente y cuando por fin tuve la suficiente fuerza intente levantar mis pesados parpados.

Abrí los ojos lentamente, pero los cerré al instante, gracias a aquella luz cegadora que provenía del cielo. Gemí y escuche una risa burlona.

Volví a abrirlos y esta vez forcé a mis ojos a mantenerse abiertos durante un poco más de tiempo, por lo menos hasta que lograran adaptarse a la luz. Cuando por fin logre adaptarme a la cantidad de brillo a mí alrededor busque con la mirada a la persona que hace unos segundos se había burlado de mí.

-Annie...-se suponía que exclamaría con alegría su nombre, pero mi cuerpo estaba tan débil que solo podía hablar en un hilo de voz. Podía sentir mi garganta y boca tan secas como el desierto.

-Para ser un experimento fallido, eres bastante resistente.-Su mirada estaba llena de orgullo, como si de alguna forma, ella hubiese sido la primera en confiar en mi potencial y no Zoe.

-¿Qué haces aquí?-pregunte confundida, algo malo había sucedido, pero realmente no recordaba.

-Te lo diré cuando sea el momento adecuado.-Contesto con su típica expresión vacía, ocultando aquellos demonios que habitaban dentro de ella.

Me levante apoyando mi mano en el suelo, esta mojado...

Agua...

Nieve...

La última vez que estuve consciente los copos de nieve caían con rapidez y la mirada triste de un chico me aturdía.

-Annie...yo...-ella me interrumpió con una de sus severas miradas, dándome a entender que no era el lugar y mucho menos el momento para decirme lo que sucedía.

Por fin me levante, sintiéndome algo mareada mire hacia abajo. Mis ojos se agrandaron y contuve mi respiración.

Mis botas estaban gastadas, húmedas y frías. Mi pantalón que formaba parte del uniforme de soldado estaba rasgado, mis espadas rotas y aquellas manchas de sangre seca esparcidas en todo mi cuerpo me daban a entender que algo realmente grave había ocurrido.

Pero me contuve y guarde silencio, intentando calmar el ritmo acelerado de mi corazón y mirando como Annie se alejaba con rapidez de mí.

Ella me lo contara, me dirá todo.

"Solo confía en ella." Musito una voz en mi mente, deje escapar todo el aire que sin siquiera saber estaba atrapando y comencé a caminar detrás de la rubia de mal carácter.

...................

-¡Capitán!-grito una chica de cabello oscuro y de estatura promedio entre los soldados.-Eso no es correcto.-Se quejo, Mikasa mientras mostraba su enfado hacia el incremento de pruebas experimentales en Eren.

-No lo discuta conmigo, discútalo con Zoe. Ella seguramente le dará una buena excusa para no recibir un golpe de su parte.-Hablo Levi mientras continuaba firmando informes. Su cabello estaba despeinado, sus ojeras habían crecido con rapidez y aquellos vendajes en su torso y en su cuello lo hacían ver realmente destrozado.

Historia solo se dedicaba a observar como su capitán luchaba por demostrar que nada podía con él, que él era superior a todos. Aunque ella, podía ver detrás de su muralla.

La muerte de un ser preciado puede dejar tan marcado tu corazón que te haces demasiado fácil de leer.

La rubia de baja estatura miraba a Levi con tranquilidad, mientras este, apenas notaba su presencia ya que discutía animadamente con la pelinegra.

Al instante en que parecía que su amistosa pelea se transformaría en algo mas la puerta se abrió y entro Eren con el cansancio plasmado en el rostro.

-Mikasa, deja de discutir con el capitán y ve a ayudar a Armin con su entrenamiento.-Hablo con tranquilidad, pero su rostro delataba que enfurecería si ella no hacia exactamente lo que se le había pedido.

De pronto la habitación quedo en silencio, Mikasa y Eren habían salido de la oficina y ahora se encontraban dos calladas personas que se miraban fijamente a los ojos.

-Reiss.-Hablo Levi de manera severa, un castigo más para la pequeña rubia que no dejaba de meterse en líos por culpa de Ymir.

A quien ciertamente no había visto desde hace unos días...

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Al llegar a una pequeña cabaña, Annie se detuvo y giro sobre sus talones.

-Todo lo que está por pasar será un gran golpe para ti, pero espero que logres comprender.-Dijo sin expresar emoción alguna. Al entrar en aquella pequeña y vieja cabaña me encontré con una persona a la cual no recordaba del todo.

Ymir, una chica a la cual había visto algunas veces caminar por los pasillos. Solo una vez había logrado hablar con ella y había sido solo para encontrar a Historia.

Al instante en que Ymir fijo su vista en mi una sonrisa apareció en su rostro, no una de burla y mucho menos una sarcástica. Una sonrisa feliz, como si hubiera estado esperando ese momento un buen rato.

-_____-Dijo ella con un tono cálido, me rodeo con sus brazos y me apretó, dándome un forzado y cálido abrazo.

-Hola Ymir.-Salude aun sintiéndome desesperada por un poco de agua. Ymir pareció notarlo y me regalo un poco de agua.

Después de borrar por completo la sensación de arena en mi boca volví a mirar a las dos chicas que se encontraban junto a mí.

Ambas eran tan diferentes pero a la vez tan similares...

Las dos parecían mantener secretos oscuros dentro de ella...

-Es el momento.-Indico Ymir, Annie asintió y se recargo sobre la puerta.

"Tratan de evitar que escape."

¿Pero exactamente de que debería de escapar?

-Levix_____-The Reluctant HeroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora