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Scott:

"¿Quién es Judie Grier?"

La pintura de Judie y así mismo su debut ha salido en los diarios, lo que termina sacándome una sonrisa en el rostro mientras mi mirada continua sobre las paginas del periódico en medio de mi desayuno.

Sin embargo, no solo está ella, también estoy yo y la sección de farándula etiquetándonos como la pareja amante del arte, esto me jode un poco porque quiero que solo se enfoquen en ella, más allá de que me guste que a todos les quede claro que ella es mía, sobre todo a Zac Michelson, a quien al leer esto, tenga claro que no puede volver a tocarla, ni causarle el mínimo daño.

La sangre me hierve y trato de relajar mis impulsos, no voy a dejarme llevar por mis celos y el enojo que me causa saber todo el dolor que ese hijo de puta le causo.

Judie sigue descansando pisos arriba, desnuda y en mi cama. La imagen perfecta de mi ninfa y esa misma imagen que vi antes de bajar de la alcoba ahora mismo me la mentalizo y siento como mi cuerpo se relaja, aunque una erección notoria se presenta en mis pantalones de dormir.

—Joder.

Ha sido una buena noche y quiero que se sienta relajada cuando despierte solo para ver su expresión de felicidad al observar el periódico.

Se lo merece. Ella merece todo, joder.

—Señor.. —Me avisa una de las mujeres de servicio.—¿Puedo retirar los platos?

Cierro el periódico y me pongo de pie, llevándolo conmigo.—Hazlo.

Recoge todo rápido y me pregunta.—¿La señorita Judie no bajara..?

—Yo subiré. Gracias.

Paso de largo y voy hacia la habitación. No esta despierta, pero sigue ahí, desnuda sobre mi cama, con las sabanas esparcidas de manera incorrecta en su perfecto cuerpo de ninfa, capto los pezones rozados y la delicada cintura que no se alcanza a ocultar con la tela y la polla me empieza a doler.

Quería dejar que durmiera más, pero mi impulso de ir hacia ella puede más, así que me siento a su lado, hundiendo la cama y detallo su rostro con mis ojos, sin despertarla.

Me veo sonriendo y cuando arruga la nariz, le paso la mano por el cabello, provocando que los ojos se le abran despacio.

Me mira moviéndose inquieta.—Scott...

—Buenos días, ninfa.—Pronuncio y le planto un beso en la mejilla. No puedo haber algo más hermoso que Judie Grier despertando en mi cama.

—¿Qué tan tarde es?.—Pregunta incorporándose. Se sienta dejando que las sabanas caigan y aunque puedo perderme en su figura, le alcanzo el periódico, el que coge enseguida sin dudas.

Me deleito con cada expresión, la sorpresa es una de ellas y luego está la felicidad en sus ojos antes de mirarme.

—Scott...

—Te amaron.—Le digo algo que ya ha leído en el diario.

Los ojos se le llenan de lágrimas, las cuales limpio con mis pulgares. La atraigo hacia mí y ella se acurruca sobre mi pecho, agradeciéndome.

Pero no hay nada que agradecer, solo le di algo que ella merece.







(***)



Somos Arte (#1 Bellas Artes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora