I got issues - Bughead

Capítulo 25

-Your smile doesn't reach your eyes. What happened to your heart?

════ ∘◦❁◦∘ ════

—¿Crees...? ¿Crees qué es buena idea que deje algunas de mi cosas aquí?

Jughead me miró sorprendido, eso hizo que mis nervios empeoraran, pero cuando sonrió pude respirar otra vez.

—¿Estás nerviosa por eso?— se burló.

Golpeé su brazo antes de comenzar a soltar palabras haciéndolo reír —Idiota. No lo sé, tal vez sientes que te estoy invadiendo o que vamos muy rápido o— dejé de hablar en cuanto sus labios se posaron sobre los míos.

—Betts, si, puedes traer tus cosas. Hasta te diría que puedes vivir conmigo.— aseguró con sus manos en mis mejillas.

—Pero yo no te pedí eso.— reí.

Él se encogió de hombros restandole importancia —¿Estás más tranquila ahora?

—Si.— admití en un susurro.

—Que preguntes ofende, porque nunca te dije que no, para nada.

Abrí la boca indignada —Si que lo has hecho.

—Mentira.

—Verdad.

Jughead soltó una carcajada —Después yo soy el infantil.

—Oh te aseguro que lo eres.

Rodó los ojos mientras se acercaba nuevamente para besarme, sus labios se posaron en los míos y segundos después dejó su mano en mi nuca para acercarme más a él y profundizar el beso.

—¿Si digo que te amo sería una buena manera de formalizar nuestra relación?— soltó aún sobre mis labios.

Abrí los ojos para poder verlo, estaba tranquilo esperando mi respuesta. Mi corazón se detuvo por un momento; no quería esto. Sabía que debía prestarle atención a mis sentimientos, pero no quería defraudarlo, no aún.

—¿Qué?— fue lo único que salió de mi boca.

—Te amo, Betty.

Y por miedo a escuchar mi respuesta, me volvió a besar. Ahí entendí que no era la única asustada por lo nuestro (Fue un pensamiento egoísta, lo sé) Jughead parecía tan seguro que jamás hubiese pensado que estaba tan asustado porque no fuese mutuo.

Con una mano en su pecho me alejé para hablar —¿Puedo decir algo?

—No hace falta que lo digas si no estás lista.

—¿Y si quiero decir que te amo?— parecía estúpida, estaba tan nerviosa que podía asegurar que era un tómate en ese instante.

Él lucía asombrado —¿Eso es lo que quieres decir?

—Es lo que siento, y te odio por eso, porque... porque me da miedo.

Jughead me arrastró hacia el sofá, donde se sentó para dejarme sobre sus piernas —¿Por qué?

—¿Y si no funcionamos?

—¿Y si funcionamos?

—No podrás aguantar mi humor de mierda, que me haga problema por todo, te vas a volver loco y vas a querer que nos alejemos.

Él era tan paciente conmigo que soportó cada problema, cada capricho, respondió a cada duda, y me mantuvo de pie. Esa noche lo demostró. Demostró que estaría a mi lado sin importar lo insegura que podía llegar a ser.