Hibristofilia #5

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Hibristofilia: Excitación hacía los criminales.

Avisos:

》 Sexo heterosexual.
》 Posible lenguaje soez y vulgar.
》 Descripciones precisas - en la medida de lo posible - sobre escenas +18.
》 Masturbación.

》Infidelidades.

》 Ficción.
》 Mención de armas y posibles ilegalidades.
》 Si no te gustan este tipo de relatos, simplemente salte de la historia. Intenten ahorrarse comentarios negativos o críticas, todas ellas serán ignoradas.

¡Disfruten!

《~♤~》

Enjabono mi cabello mientras tarareo al ritmo de la canción "God is a woman" de Ariana Grande, una de mis artistas favoritas.

Es una noche especial, por eso me esmero en exfoliar mi cuerpo, eliminar los pocos pelos que pueda tener por las piernas, axilas y pubis y sobre todo, de dejar un buen olor corporal en mi piel con gel de ducha.

Hoy mi marido y yo hacemos nuestro primer año de casados y me encuentro realmente emocionada por ello.

Termino de asearme y cerrando el grifo del agua, salgo de la ducha para envolverme en mi albornoz y así plantarme delante del espejo. Desenredo mi cabello y lo seco con ligereza antes de comenzar a hidratar mis piernas para que así puedan verse mucho más brillantes con el vestido que tengo intenciones de llevar esta noche.

Cuando termino con ello y cepillo mis dientes, comienzo con el maquillaje. Aplico sombras claras en mis párpados y muy poco de contorno y base para que mi rostro se vea natural. Estiro mis pestañas con rimel y delineo mis verdosos ojos con delineador, haciendo que mi mirada parezca mucho más letal, mucho más ardiente. Por último me pinto los labios en un color crema suave.

Es en el momento cuando escucho la puerta de la habitación abrirse y seguido los pasos de mi marido, quien aparece en el baño con una enorme sonrisa de pura felicidad.

Parece ser que el tambien esta igual de ilusionado que yo con nuestro primer aniversario.

- ¡Tres millones, Blake! ¡Tres jodidos millones! - exclamó haciendo que mi ceño se frunciera sin entender nada. - ¿Te acuerdas del negocio que te comenté? - asentí no muy convencida. Tenía tantos negocios y tantos secretos respecto a eso que la mitad del tiempo que me hablaba de ellos simplemente desconectaba de la conversación. - ¡Lo he conseguido! - tomó mi rostro entre sus manos, besando mis labios en repetidos picos. - Es el mejor día de mi vida. - murmuró, haciendo que mis ilusiones por pensar que su emoción procedia de nuestro aniversario se esfumaran.

Con Erik todo siempre era así, todo siempre era su trabajo y el maldito dinero. Obviamente no podía quejarme, me tenía viviendo como a una jodida reina, cosa que yo con mi sueldo de profesora nunca hubiese podido conseguir, pero a veces resultaba agotador. Resultaba agotador querer hablar de algo con él y que todo finalizase en los mismos temas, o que intentara hacer planes en pareja y ni siquiera se plantease la opción de descansar un rato y desconectar para disfrutar algo de tiempo junto a mi.

¡Por dios, si había sido un milagro que hoy saliéramos a cenar!

Agradecia a quien sea que le haya dado esos tres millones, porque estaba segura que si no los hubiese conseguido, yo me habría acabado maquillando para no hacer absolutamente nada.

Cuando salíamos a cenar la mayoría de las veces era a fiestas de algunos de sus socios o en ocasiones muy puntuales, donde al final por un lado o por otro siempre estaba el trabajo y el dinero de por medio. En el momento que lo conocí, cuando decidió hacerse el pesado conmigo en una discoteca donde yo me encontraba con mis amigas, sentí que había sido amor a primera vista, porque desde el primer momento no nos separamos el uno del otro. Ahí todavía no sabía muy bien a qué se dedicaba y aunque ahora tuviese una pequeña idea sobre ello, prefería soñar con que dormida con un empresario exitoso y no con un delincuente.

Fetiches❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora