Un día más en el que debo ir a trabajar en aquella cafetería luego de una pesada jornada de escuela, pero debo hacerlo porque aunque mis padres me apoyan con el alquiler del departamento, todo lo demás me corresponde a mí.
Después de cambiar mi ropa salgo del apartamento y justo cuando decido caminar al ascensor luego de cerrar mi puerta, se aparece aquel chico que desde que llegué aquí no ha dejado de tratar de formar conversación, no es tan molesto, pero realmente no me interesa más allá que una simple amistad.—Hey Seungmin, ¿qué tal tu día?
—Hola, Lee. —Suelto un suspiro cansado pero respondo con una sonrisa. —Agotador como todos los días anteriores, si me disculpas, debo irme ya.
—Si quieres voy por ti a la cafetería luego de tu turno.
—No te molestes, estoy bien. —Y volviendo a sonreír me trato de retirar, pero el chico toma mi muñeca con cierta fuerza.
—Seungmin, ¿cuándo será el día que me hagas caso? —Se acercó a mí. —Vamos, incluso puedes dejar de trabajar en ese lugar, mis papás me pagan todo y bien podría ayudarte con eso.
—No me interesas, Lee, entiéndelo, bien puedo darte mi amistad, porque eres un buen chico, pero no estoy interesado en ti en cualquier otro sentido, y tampoco me importa tu dinero, así que voy a seguir trabajando en la cafetería, ¿podrías soltarme? Me estás lastimando. —Entonces relajó su agarre cuando se escuchó el sonido del elevador llegando a nuestro piso, lo primero que pude ver fue una gran pila de cajas, y justo detrás al chico más hermoso que pude haber visto en mi corta vida, ni siquiera lo había observado bien pues tenía la mirada puesta en su celular, pero cuando alzó la vista, mi corazón definitivamente se detuvo, era más que perfecto, físicamente claro, tenía el cabello más brillante y oscuro que jamás haya visto, era como si el tiempo se hubiera detenido.
Cruzamos miradas y entonces sonrió, y esos ojos que en un inicio alcancé a ver, tan claros y resplandecientes, de repente se formaron en pequeñas líneas apenas visibles, tomé una rápida vista a todo su rostro, tenía una piel hermosa, clara, sin ninguna imperfección, una nariz refinada y esos labios, de color cereza, que se curvaban y dejaban ver un poco sus dientes. Entonces regresé a la realidad.—Buenas tardes. —Dijo, y su voz parecía tan dulce. Tardé en reaccionar pero finalmente respondí.
—Buenas tardes. —Ahora mi muñeca estaba libre y estaba por irme pues aunque la cafetería no estaba lejos, ya iba tarde.
—Piensa en lo que te he dicho, Seungmin. —Escuché.
—No tengo nada qué pensar, Lee, ya te lo he dicho, no estoy interesado. —Y con eso último tomé el ascensor hasta llegar a la entrada del edificio donde vi más cajas siendo bajadas de una camioneta de mudanzas, al parecer el lindo chico sería nuevo en mi piso, y por alguna razón eso me emocionaba.||
Estaba en mi turno en la cafetería, a veces me tocaba estar en la caja y otras veces atendiendo a los clientes y limpiando mesas. No me quejaba, la verdad la paga era buena y me entretenía con mis demás compañeros que incluso algunos se han convertido en mis amigos.
Esta vez me encontraba en la caja, la clientela el día de hoy era poca, pues era un día entre semana, los fines de semana era cuando el lugar estaba casi lleno, así que por ahora todo estaba tranquilo.
Había bajado la vista a mi celular, mi madre me había mandado un mensaje y se lo estaba respondiendo cuando escuché la campana de la puerta sonar, avisando que un nuevo cliente había llegado, alcé mi mirada y lo vi, el chico que me hipnotizó desde el primer segundo estaba ahora frente a mí.
—Buenas tardes, bienvenido. —Dije tratando de sonar calmado.
—Buenas tardes. —Respondió. —¿Tú no eres el chico de hace un rato en los apartamentos?
—Ah sí, ese soy yo. —Reí nervioso. —Uhm ¿en qué puedo atenderte?
—Ah claro, ¿podrías darme un americano frío por favor?
—¿Sólo eso? —Pregunté anotándolo en la tableta electrónica.
—Sí, sólo eso. —Extendió un billete y lo tomé sin dejar de ver al chico frente a mí.
—Muy bien, si gustas esperar en alguna mesa, en seguida te llamo con el número de tu ticket. —Sonreí amable dándole el papel y él me devolvió la sonrisa. Cielos, el chico realmente aceleraba mi corazón.Luego de un par de minutos llamé el número de la orden y se acercó otra vez al mostrador, dándole el americano que había pedido, no sabía qué más decir así que opté por simplemente agradecer su compra.
—Soy Hyunjin por cierto, y viviré en el apartamento 512. —Sonrió una vez más, y diablos, tenía una sonrisa encantadora.
—Seungmin y creo que entonces ahora somos vecinos, mi apartamento es el 511. —Le devolví la sonrisa. —Lo siento, debo seguir atendiendo.
—Claro, gracias por el café, espero verte pronto en el edificio. —Se despidió y salió del local.Atendí a otras tres personas y una vez más el lugar quedó un poco en silencio, habían unas cuantas personas en las mesas hablando de cualquier cosa.
—Seung. —Escuché a mi compañero. —¿Conoces al chico que pidió el americano? Jamás lo había visto por aquí.
—Ah sí, es nuevo, se acaba de mudar a mi edificio. —Suspiré.
—Te gusta, ¿no es así? —Se rió.
—Es hermoso. —Dije sin pensarlo.
—Vaya es la primera vez que contestas algo así tan rápido.
—Cállate, Minho. —Solté y él se rió una vez más burlándose.Antes me habría dado igual cuánto me tardara en llegar a casa luego de trabajar porque siempre me daba tiempo para hacer mis tareas, pero ahora sentía tanta curiosidad por volver a ver a Hyunjin que lo primero que quería era llegar a mi edificio y toparme con él, incluso compré un poco de pastel de la cafetería para llevárselo como bienvenida, fue una lástima que cuando fui a su apartamento, parecía que no había nadie.
Holaaaaaa, volví con otra historia inspirada en una canción esta vez de Selena porque tenía tiempo que quería hacerla y pues eso, espero que les guste, no quiero que sea tan larga así que los hechos ocurrirán un poco rápido pero sin perder el hilo de la historia.
~TheQuinnQuinn. 🍓
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| EL CHICO DEL APARTAMENTO 512 | ~ HYUNMIN
Fanfic"El chico del apartamento 512 Él que hace a mi pobre corazón saltar Es a quien le hago cartas noche y día Que no puedo entregar El chico del apartamento 512 Es él quien me hace tartamudo y más Es en quien yo pienso y sueño noche y día Él, solo él...