𝘼𝙗𝙤𝙪𝙩 𝙇𝙤𝙫𝙚

𝟬𝟴

Le he puesto la canción de The Hoosiers a Tom. Por supuesto, su reacción inmediata fue querer tocarla en su bajo (Susan, descubrí que tiene nombre y es Susan), pero no lo logró y terminamos riendo.

Estaba en su cuarto, sentado en el suelo con una pequeña melódica que él tenía (vaya sorpresa) en las manos. Él estaba en su cama, tocando a Susan (el bajo) mientras escuchaba la canción. Me detuve de tocar (muy mal, cabe aclarar; uno de mis talentos no es el oído absoluto) y lo observé. Por Narciso, que por primera vez me sentí atrapado por su apariencia. No por su presencia, por ella ya me estoy acostumbrando (aunque sea algo doloroso en partes), sino por cómo luce.

Ha sido mi amigo por tanto tiempo que a veces me olvido de observarlo.

Es más pequeño que yo, aunque su extraño peinado hace parecer que es de mi altura. Es castaño claro y sus ojos son orbes oscuras en su totalidad. Tiene las uñas mordidas y cayos en los dedos por el choque con las cuerdas de su bajo. Tiene la piel más morena de los cuatro y, cuando se ríe, su rubor se forma anaranjado en sus mejillas. Deja caer un único mechón de cabello a su frente y, cuando está concentrado, hace ese gesto de sacar la lengua, un gesto que detesto y me parece estúpido pero, viniendo de él, es hermoso.

Oh, Narciso.

Cuando se dio cuenta de que le observaba, embobado, me preguntó si tenía algo en la cara. Le dije que estaba pensando. ¿En qué? En qué adoro pasar tiempo con él. Río. “Bueno, somos amigos. ¿No es esa la mejor cualidad de un amigo?”. Me reí y asentí en el momento, pero sigo pensando que, para éste punto, deseo, deseo estar con él como algo más.

Algo más íntimo.

Le decimos amigo a cualquier persona que encontramos, incluso si no son personas en sí (Hola, Susan). Son buenos amigos los que están ahí cuando lloras o cuando regresas de una pelea, furioso, y sostienen tu cuerpo mientras bonitas el alcohol de la noche anterior. Los amigos íntimos son aquellos con los que hablas de tus problemas, tus traumas, tus miedos y te entienden, te apoyan y te hablan de su vida, sus sueños, sus miedos y sus esperanzas más profundas.

Y luego están los amigos con derechos.

¿Sabías que Tord y Edd son eso? Amigos con los que joteas, con los que no te importa parecer pareja pese a no serlo. Los que te tocan las nalgas o la virilidad sin problemas y, aún con ese grado de intimidad física, no son mucho más que amigos íntimos en lo sentimental. Los he visto y no quiero eso.

Cuando observé a Tom hoy, realmente estaba pensando en que adoro pasar tiempo con él, pero pensé también en que no quiero pasarlo de esa manera.

No quiero tocarlo, y no quiero que me toque. No, quiero algo más... ¿Cómo decirlo?

Emocional.

Mis padres me abandonaron en la casa de mi abuela cuando erá un bebé, y ella, pese a no ser una mala persona, no fue la figura materna ideal: No pasábamos más tiempo juntos del necesario y el necesario era más para planificar un futuro que no me interesaba que para hablar de verdad. Me molestaban en la escuela y me ha costado trabajo aceptar cosas de mi mismo al punto que aún no me entiendo por completo. Tengo una herencia que no quiero y odio a la mayoría de personas que me rodean, odio estar acompañado de la mayoría de gente y lo único que me ha hecho feliz en meses es comprar y acumular basura en mi cuarto.

No quiero algo superficial, quiero algo profundo.

Quiero hablar con Tom, quiero decirle que soy metrosexual si vergüenza, quiero amarlo y quiero que él me ame también. Quiero saber qué pasa por su mente, abrazarlo, cuidarlo, ver por su bien, estar ahí cuando lo necesite y ser más que un amigo.

Quiero poder observarlo algún día y ver más que una apariencia, quiero verle, tal cual es. Con sus miedos, sus defectos y sus traumas. Y quiero entenderlo y poder decirle que, con todo lo que no le puede decir a los demás y que le aterra, lo amo.

Y quiero que él sienta lo mismo.

Porque así es el amor. Es ser parte de algo más, como si la barrera del cuerpo de dos personas desapareciera y sus almas se tocasen. No sus cuerpos, sus almas. Es que sus almas piensen por los dos y se murmuren palabras de aliento cuando lo necesiten. Es que las emociones alegres sean aún más alegres y que la tristeza se borre con algo que va más allá de lo físico.

Es algo que jamás he sentido y es algo que quiero sentir.

Es algo que sé Tom nunca ha sentido, y quiero hacerle sentir eso.

Lo conozco desde niño, ví cuando su padre murió y lloró conmigo, ví cuando no era aceptado por su apariencia y le he visto crecer. Le he visto alejarse y acercarse, le he visto llorar y le he sujetando mientras vomita. Le he visto llorar y le he limpiado las lágrimas (no recientemente, pero lo he hecho), y sé que somos amigos.

¿Pero podríamos ser algo más?

¿Podríamos ser ese ente cuyas almas están abrazadas y ven la una por la otra?

¿O es solo una manera de arruinar una amistad que ha durado demasiado?

Incluso si lo fuera, no me importa. El amor no es unilateral, un alma no puede sólo abrazar aire y esperar que la otra, que observa desde la distancia, haga caso.

Soy una persona indecisa, pero determinada, y, si bien me ha tomado semanas entender qué es lo que me pasa por la cabeza y qué es lo que quiero, no pienso esperar sentado a ver si él quiere lo que yo.

Voy a hablar, voy a ser sincero y decir en voz alta lo que me aterra sea el final de una amistad tan larga. El amor es desgastante y debería ser respetuoso. Si él no quiere lo que yo, estará bien. No estoy seguro de cómo voy a afrontarlo y ni siquiera sé cómo voy a decírselo (“Hey, Tom, quiero amarte, ¿Tú quieres amarme?”), pero lo haré y sobreviviré.

Estaré bien, estoy seguro de eso. Si no es lo que desea, lloraré y me haré bolita entre mi basura. Si es lo que desea, no me importaría pasar una eternidad junto a él.

Sólo tengo que esperar hasta que amanezca.

M@.
06//08//2007.

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La publicación de esta historia tiene horario: Dos capítulos son publicados cada martes sin falta ni excepción.

Muchas gracias a la gente que está leyendo, enserio los amo ✨💕.

— El héroe de la historia.