CAPITULO 10

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Mi corazón late acelerado, como la velocidad de los autos que cruzan la avenida. He salido corriendo sin mirar a nadie, no he podido terminar, no se en que estaba pensando, como se me ocurrió subir. Mis ojos se sienten cada vez mas húmedos, entonces mis mejillas se empiezan a humedecer y me paso la mano por ellas, quitando los rastros de mis lágrimas.

—Maldición.

En este instante, lamento no haber sacado mis cosas, lo olvide por salir de esa manera. Como si eso no fuera suficiente la campanilla de la puerta resuena, indicando que alguien ha salido.

—Harriet...

Suelto un largo suspiro antes de verlo. Es Caleb.

—Estoy bien— aclaro luego de ver sus intenciones.

Caleb abre la boca como si quisiera decir algo, pero lo piensa demasiado. Agradezco que tenga mis cosas, no quería volver para ser el centro de miradas de lastimas. Intento quitar mi bolso de sus manos pero el los aleja de un rápido movimiento.

—Ven conmigo.

—Tengo cosas que hacer.

—Tu y yo sabemos que eso no es cierto.

Entrecierro los ojos, se escucha severo y me asombra por la ausencia de su carisma. Intento coger mis cosas de nuevo pero fallo.

—Quiero estar sola Caleb.

—Te va gustar— suspira y su mirada se suaviza, como si de verdad lo creyera.

Observó más allá de él, esta el local donde trabaja, su turno no pudo haber terminado. 

—No te preocupes por eso— sentencia antes de andar, seguro de que lo seguiré. —Ven.

Por segundo creí que deberíamos ir en auto o quizás caminar a un lugar cercano, pero entonces Caleb se acercar a la puerta metálica, al costado del local, es la misma propiedad. De sus pantalones saca una llaves y confirmo mis sospechas.

—Sube— no es una broma. Ahora lo se.  —No muerdo, pero podría— ya volvió el antiguo Caleb.

—Me voy.

—Bien bien— dice interfiriéndose en mi camino. —Solo 10 minutos.

—¿A donde?— digo volviendo a ver el edificio.

—Donde podamos ver las estrellas.

Los escalones rechinan con cada paso que doy, tengo Caleb detrás de mi y estoy segura que se reprime de hacer un comentario obsceno.

Finalmente llego a la ultima puerta, empujo con algo de fuerza, parece estar trabada pero cuando lo abro quedó absorta de todo.

La azotea es de concreto y tiene barandillas en todo su perímetro. En medio, de todo el área, expuesto a todo, hay un sofá, cubierto apenas con una sábana oscura.

—Devi hacia reuniones aquí— dice quitando la sábana de un tirón.

Es verde oscuro. 

—Sería increíble que hubiera plantas aquí— puedo imaginar un jardín con macetas. Caleb no dice nada. —¿Por qué estamos aquí?

—Creo que es porque te persuadí.

Se deja caer haciendo que los fierros rechinen, debe tener algún tiempo.

—Ya— me limitó a decir.

Ya estaba aquí y entendía a lo que se refería, me acerco a la barandilla delantera. Desde mi posición, las luces de la ciudad son increíble, no tiene gran altura, sin embargo para esta zona es suficientemente bueno para una espectacular vista.

CUANDO TE VUELVA A VER [AMORES #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora