(5) Decisiones distantes

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Era una tarde de primavera típica. Kayn estaba apoyado contra una pared observando desde las sombras a Kuma entrenar.
La albina se movía ligera y rápida entre los troncos de la arboleda, trepándolos de tanto en tanto y lanzando shurikens sin ver el blanco. A esta altura, sabía los lugares exactos en donde debía arrojarlos y Kayn pensó que tal vez ya sería hora de que moverlos para subirle la dificultad al ejercicio.

Perdió de vista a su pupila escasos segundos, mas no se alertó, sabía que ella siempre había sido discreta aún sin poseer la magia sombría aún. 

Sonrió cuando adivinó sus intenciones y la esperó con la guardia en alto, si todo salía como imaginaba, la albina se arrojaría desde arriba con la intención de derribarlo; mas lejos de predecir correctamente su alumna se precipitó con un movimiento simple por el costado.
Lo embistió por el lado derecho y la fuerza que utilizó fue lo suficientemente desmedida para hacer que ambos cayeran. 

Kuma, encima de Kayn, solo comenzó a reír al ver los negros mechones ajenos repletos de césped. El pelilargo, aún abajo, solo sacó las hojas sin prestar demasiado atención a la torpeza de la peliblanca; mas su repentino acercamiento lo desvió de su cometido e incapaz de resistirse solo se dejó llevar por los labios de su pupila que sutilmente se apoyaron en los suyos.
Fue un beso corto y algo tímido, incluso si no hubiesen estado juntos unos días antes hasta podría interpretarlo como inocente.

Kuma se separó repentinamente, dándole sitio a que se sentara, tenía sus mejillas rojas y el rostro preocupado.

—Lo siento—, se disculpó. —Sé que no hablamos nada al respecto y no quiero tomarte de sorpresa con esto—.

Kayn contuvo la risa y la albina lo miró. —¿Por qué te disculpas, tonta?—

Ella tragó saliva. —Entonces... ¿Esto está bien?—

Kayn solo respondió tomándola de las caderas y besándola nuevamente, atrayéndolo a él. Kuma lo abrazó, mientras lo rodeaba con sus piernas por el torso. Un tonto juego de cazar al cazador los había enlazado sentados en el suelo descartando de sus mentes continuar entrenando de la manera tradicional.

Poco le importó saber a Kayn que Kuma era hija de su maestro. La sorpresa le había durado quizás unas horas, mas eso no era un impedimento para él. Ella no lo sabía, y si eran objetivos, habían estado conectados desde antes de saber su origen.

Sintió una rama crujir y Kayn abrió los ojos, divisando una silueta de pie frente sobre el brazo más grueso de un árbol a espaldas de Kuma. Tomó con discreción una shuriken de la albina mientras continuaba aferrándola sabiendo que si se distanciaban el intruso huiría, y cuando menos lo parecía la arrojó en su dirección. Falló por escasos centímetros y salió en su persecución; Kuma corría unos metros detrás de él, el entrometido tenía ventaja y Kayn las sombras, aunque quisiera no serlo, era la rezagada de los tres.

El pelilargo se detuvo cuando lo alcanzó, mas lejos de someterlo solo lo dejó escapar. Kuma llegó segundos después llegando a ver únicamente una bomba de humo estallando.
Fué obvio que cuando el aire volvió a estar limpio, no había nadie más que ellos dos.

—Mierda—, susurró Kuma. Intentó perseguirlo, mas Kayn solo la detuvo tomándola de la muñeca. Ella lo miró, él lucía relajado como siempre y ella vió la oportunidad para mostrarle sus avances. —Ordenalo—, le pidió. El pelilargo la miró sin comprender. —No pude verlo, pero puedo rastrearlo y traerte su cabeza, solo ordenalo—.

Kayn le sonrió. —Tranquila. Ella no es importante—. Comenzó su caminata de vuelta al nuevo templo y Kuma se quedó en su sitio sin comprender del todo la situación.

—¿Ella?—, cuestionó acercándose a su lado. —¿Entonces sabes quién era?—

El pelilargo asintió. —Sí, no te preocupes. Le informaré a Zed de esto, pero aún así no es una amenaza—. Kuma se rascó el brazo incómoda y él lo notó. Con una sonrisa tomó su mano y la colocó detrás de su propia cabeza mientras con la otra la abrazó con delicadeza acercándola a él. —Si estás tensa, puedo ayudar a que te relajes—, coqueteó.

Muere por las Sombras [Temporada Final]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora