Muere por las Sombras [Temporada Final]

(10) La Promesa I

¡Hola!
Sé que pasó un tiempito desde que estuve por acá, pero no me olvidé de la historia ni nada por el estilo, solamente tuve un bloqueo bastante intenso donde reescribí 7 veces el capitulo y lo descarté. Pero ahora que estoy de vuelta quiero demostrarles que tan comprometida estoy con esta historia... así que esto que van a leer acá, es algo diferente y especial.

Para que me perdonen la demora no solo traigo este capitulo especial, sino un capitulo extra que actualizaré justo después de este, hoy mismo. Así que sí, están en un especial 2x1.

Cosas a tener en cuenta antes de leer:

*Este es un capitulo diferente, complementario a la historia original.
*Tomen esto como un "What if...?"
*Las personalidades de los personajes implicados es diferente, porque su vida aquí es totalmente distinta.
*No todos los personajes están aquí, ya que algunos sucesos ya conocidos en Runaterra no se concretaron.

*Recuerden que después de este capitulo subiré otro más (insisto en esto por si wattpad no les notifica, no quiero que se lo salteen).

Sin más que decir ¡Disfruten la lectura!

Era un amanecer como cualquier otro.
Kuma se levantó con prisa cuando el primer rayo de sol apuntó a su cara y se vistió para salir hasta la puerta del templo con algunas frutas que había recogido el día anterior.

Esperó pacientemente hasta que por fin, divisó a su padre regresar.

La misión de Usan, como Ojo del Crepúsculo, era la de Observar las Estrellas. Según la teología que los Kinkou seguían, se decía que el líder debía interpretar los astros en el cielo.
Así que cada noche, mientras la mayoría de los equilibristas dormían, Usan cumplía su misión.

La misión de Kuma, en cambio, era auto impuesta.
Desde que su padre había sido nombrado como el sucesor de Kusho, su objetivo diario era el de recibirlo cada mañana para pasar tiempo juntos.
Por las responsabilidades del mayor, la niña apenas podía compartir momentos con él.

Usan sonrió al verla en la puerta. —¿Qué tenemos para desayunar hoy, mi amor?—

Kuma observó las frutas entre sus manos. —Nueces y bayas azules—, sonrió. —Pero dejé dos huevos en el agua hirviendo también—.

—Kuma, no debes tomar huevos ni carne, sabes que no es una época para darnos lujos así—.

La albina se ruborizó. —La madre no quiso estos huevos, y eran pocos para compartir con todos... así que pensé que...—.

—Está mal. Debes devolverlos. Alguien podría necesitarlos más que nosotros—.

Kuma bajó el rostro. —Esta bien—, rozó apenas.

Usan frotó su cabeza con cariño. Kuma era una niña obediente y bien portada, un alma pura y noble que no quería que se corrompiera con las realidades fuera del templo.
Cuando Kusho decidió que era hora de que Usan tomara el mando de la Orden Kinkou, Kuma apenas tenía 7 años, y a pesar de que apenas pasaron 3 años desde ese momento, Kuma seguía teniendo la misma actitud.