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La replicación celular consistía en, de una célula madre, obtener dos células hijas de exacto material genético que su origen. Un proceso de división mitótica que cubría todas las células, a excepción de las sexuales que eran el área de estudio de su compañera de equipo Ahn Hyejin.

–Creo que saldré de vacaciones la semana entrante –decía esta, mientras tomaba asiento a un lado de él–. Min es un genio, pero esclavista.

–¿Tenés planes o pensás quedarte en casa los quince días?

Seokjin sonrió, sin despegar la vista de la computadora que proyectaba un video de la conferencia del miércoles, donde tuvo el honor de conocer en persona, aunque habían trabajado antes, a la doctora Lee Jieun y al ingeniero Im Jaebeom. El dúo se explayó sobre los avances en la funcionalidad nanomolecular instantánea, proceso con el que habían obtenido especímenes artificiales humanos para complementar, reemplazar o conformar en su totalidad un cuerpo humano. La creación de tejido resultó una contribución propia de la doctora, pero tenía dificultad en la cohesión de las células por lo que, recurriendo a Im Jaebeom, pudo acelerar la fase.

Detuvo el video, volviendo su atención a Hyejin que también veía la computadora.

–Mi chico consiguió a alguien más y lo descubrí hace un par de días, así que este periodo libre me viene bien para lamer mis heridas y planear una venganza –sacó una bolsita de golosinas del bolsillo de su delantal y le ofreció–, de nada.

–Podés señalarme quién es y me ocuparé de atropellarlo, de todos modos, estoy acostumbrado a las multas por exceso de velocidad y con gafas puestas puedo fingir miopía nocturna.

Hyejin fingió pensarlo y luego rieron los dos. Habían hecho buenas migas desde el inicio, por lo que podían bromear y hablar de sus vidas más allá del laboratorio del genio Min.

–¿Qué tal lo llevas con tu chico? ¿Se cansó de vos y se buscó uno más joven?

–Ja, ja, Jimin y yo estamos bien, que sepas –presumió Seokjin, sonriendo suavemente aunque sus ojos perdieron el brillo enseguida–. A veces lo pienso, ¿por qué no está con alguien más? Pero luego nos vemos y es... solo funcionamos. No puedo ponerlo en palabras sin que esto se convierta en un chiste cursi, pero lo amo y, extraña y afortunadamente, él me ama de vuelta. ¡Y no soy tan viejo! Le llevo apenas cinco años.

–Es adorable, eso es Jimin –agregó Hyejin, que recibió un mensaje–. Oh, vinieron por mí. Te invitaría a venir a embriagarte conmigo, pero planeo encontrar alguien con quien hacerlo en el baño del bar o en casa, según vea.

–Vaya, tus expectativas son prometedoras. Solo tené cuidado.

Nuevamente a solas, Seokjin siguió viendo la conferencia. Sus etiquetas estaban al día y tenía que esperar otra hora más antes de revisar las muestras que le trajo Min Yoongi para que analice y le dé su opinión. La siguiente charla que clicó había sido más bien un repaso, pensó Seokjin viendo en la pantalla al novato Kim Taehyung, pero no dejaba de ser impresionante cómo su discurso mediocre pronto llevó a una reflexión y debate interesante sobre la senescencia replicativa. Algo que él está intentando controlar.

La senescencia se daba cuando las células, tras varias réplicas, tanto in vivo aunque sobre todo in vitro donde es ilimitada su replicación, dejan de dividirse, ya que alcanzan el límite de Hayflick, y mueren. El proceso celular se detiene, suspendido de manera permanente, y las células quedan en fase G0/G1. No responden a mitógenos y si viven lo hacen con el metabolismo alterado. Kim Taehyung, al respecto, postuló algunas ideas con las que afrontar este fenómeno.

Seokjin se guardó el contacto del conferencista que se leía en un graf inferior para consultar e intercambiar pensamientos luego.

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Egomet² [JinMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora