Epílogo

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(Meses después)

Kim Seokjin cliqueó sobre la opción enviar y soltó el aire que había contenido. A su lado, un pequeño perro gimoteó para llamar su atención y lo acarició distraído mientras repasaba la fórmula que acaba de presentar a la Academia de Ciencias de Seúl. Su tratamiento celular, el que impedía el deterioro de las células y eliminaba el envejecimiento, fue propuesto por un colega para concursar en una disertación científica internacional y tenía que recibir, previo a su asistencia como conferencista, aprobación y validación nacional.

Según Hyejin, era imposible que rechacen el descubrimiento, pero Seokjin no era tonto. Él sabía que tras el escándalo del proyecto Egomet su nombre, así como todos los trabajadores del laboratorio de Min aunque no estaban al tanto del clon, seguía en jaque ante la opinión pública. Fue una noticia ideal para nutrir los medios sensacionalistas y dar peso a las voces opositoras de cuanta aspiración científica existiese. Por mucho que trató de apaciguar la situación, solo obtuvo reproches y críticas. Y eso que él no era, de los dos involucrados, el más afectado. Pero no podía dejar que tras la muerte de Min Yoongi sus contribuciones a la ciencia fuesen pisoteadas. Los humanos erran, les dijo a todos y no mentía.

Él sabe de errores y lamentarse por los mismos y está seguro de que, si no hubieran acabado las cosas así, Min Yoongi sabría disculparse por los daños. Los clones no eran solo objeto de promoción académica, eran la esperanza de un mundo nuevo. La utopía de una ciencia que se adelante a cualquier inconveniente humano que pudiese afectar la vida. Y meses después de aquel día, Seokjin no quiere olvidar lo que los movió a él y a Yoongi a investigar y trabajar incansablemente.

Y lo volvería a hacer, ahora con la experiencia adquirida.

–¿Lo enviaste ya?

Aunque, pensó al tiempo que se ponía en pie y veía a Park Jimin recostado en el marco de la puerta, no si esto significaba perder lo amado.

–Deseame suerte.

–No, no la necesitas.

–¿Y qué necesito? –supo, por la sonrisa de su pareja, que la respuesta le gustaría:

–A mí.

Y era cierto.

+

Lejos de esa escena, el mismo rostro que abraza a Jimin y le sonríe antes de besarlo, camina entre la gente con la exacta sonrisa y los pasos ligeros: libre.








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Nota:

Adiós a Egomet, adoré escribir esto y me encantó resolver el final de esta forma.

Gracias a quienes llegaron hasta acá.

:)

Egomet² [JinMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora