La tristeza en cantidad justa

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Serví en un plato frío la infelicidad como comida inmutable, derrochando en su medida justa la cantidad necesaria para ser un ser triste, inerte, pero también viviente, y así poder existir sin tener que prescindir de la existencia misma.

ANATOMÍA DE LA INFELICIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora