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         Sintió la sangre fruir por la herida, la sensación de entumecimiento se extendió por todo su cuerpo. Si no fuera por ese dominante aroma, ya habría usado su voz para detener esto, pero todo el lugar apestaba a él, ¿Cómo podría hacer algo al respecto? No debió permitir que esto sucediera.

         Pudo sentir su respiración chocando contra su piel una vez el vínculo fue hecho, no tenía a dónde escapar. El olor de su sangre era nauseabundo, le daba asco, ahora estaba a su merced y recordó sus palabras.

         ¿Protegerlo?

         ¿Evitar que alguien más le hiciera daño?

         ¡Pah!

         Puras mentiras, si no fuera por su mareo inicial, ¿Qué no hubiera hecho contra este alfa idiota? Lo hubiera hecho arrepentirse del día en que se conocieron, así no habría venido a buscarlo nunca. Se quería deshacer de él, pero su cuerpo se negaba a obedecer, con solo una orden, se había sentado sobre el suelo, o mejor dicho, cayó arrodillado ante el alfa.

         Solo pudo alzar la mirada hacia la figura frente a él.


Capitulo 6:
Si no hay sangre ¿Vale la pena?

         A estas horas los pasillos de la escuela estaban en total silencio, al menos así sería si Hizashi no estuviera golpeando sus lapiceros ocasionalmente contra los casilleros o puertas, siguiendo a veces la melodía que sonaba a través de sus audiculares, otras veces cambiando la letra y el ritmo a su gusto para molestar a la sombría figura que caminaba a sus espaldas.

         El dorado y el negro eran colores que siempre contrastaban entre sí, por algo el traje de Hizashi era de cuero negro, no solo adoraba el cuero sino que el color negro le hacía lucir miles de veces mejor, pero el tono que más le gustaba era el negro azabache en el cabello de su gatito. Aizawa siempre tenía esa expresión seria en su rostro, parecía que se caería dormido en cualquier sitio, y aún así en secreto disfrutaba las canciones tarareadas por el alfa, le relajaba saber que se encontraba tan alegre como siempre.

         Cerró sus ojos de forma perezosa y siguió bebiendo su café, un par de manos cálidas tomaron sus hombros mientras lo guiaban hacia su salón, algo innecesario, él ya conocía muy bien el camino. Se dejó guiar con ternura, sintiendo el aliento del rubio sobre su mejilla; se detuvieron frente a la puerta, los alumnos estaban hablando sobre cosas triviales mientras esperaban a su profesor. Antes de abrir la puerta el rubio a su lado había plantado un enorme beso sobre su mejilla.

— Ten un bonito día, Kitty — revolvió su cabello de forma cariñosa y se alejó tarareando diferentes canciones.

         Sonrió levemente y se pasó la mano por el cabello antes de ingresar al salón, todos pararon su parloteo para mirar a su profesor.

— ¡Buenos días! — saludaron algunos con entusiasmo, otros más bien querían preguntar sobre los rumores que habían por los pasillos, pero la voz de Aizawa fue firme.

— Silencio — tomó asiento en el escritorio y siguió bebiendo su taza humeante de café — Como ya deberían saber, hoy se entregan las notas de sus evaluaciones. Pasen al frente y busquen sus notas cuando diga su nombre.

         Mientras miraba los papeles en su escritorio se podían escuchar los murmullos entre los alumnos, especulando cuál sería su nota en el examen. Los más esperanzados por supuesto esperaron notas altas, quienes no estudiaron y algunos más tenían claro que sus probabilidades de tener una buena nota era muy baja. En lo que terminaba de organizar los papeles para entregarlos según el orden en la lista, un par de pasos se instalaron frente a su escritorio antes de hacer una pregunta.

Amor a Golpes (Rapgum)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora