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         Hizashi tuvo que irse temprano de la estación de radio para poder cuidar a sus pequeños, primero fue a buscarlos donde Nemuri Y los llevó a casa. Eri dormía con la cabeza recostada sobre su hombro, Shinso solo esperaba ir a buscar un bocadillo en la cocina antes de dormir. Con ambos niños dentro de sus respectivas habitaciones, el alfa se fue a recostar en su cama para dormir, cansado de un día entero de trabajo cerró los ojos.

         Tal vez ya eran un par de horas para el amanecer, el sonido de una alarma inexistente, lo frío el lugar vacío a un lado, o la preocupación por su gatito, no podía conciliar el sueño, no esa noche. Se sentó en la cama con una expresión aturdida antes de sentir claramente como algo se montaba junto a él, un gordo gato negro lo miraba con ojos inocentes. Shota parecía tener hambre, ¡Sí! Shota era el nombre del gato, hijo de Mai y Tora, dos gatos adultos que vivían en la casa de Aizawa. Cuando el gato nació, Hizashi apenas se había mudado junto a Aizawa, ver a un gato pequeño y delgado le hizo pensar en su novio, por lo que le comenzó a llamar "Shota", cambiando por completo el nombre que su dueño le había puesto. Después de unos años ese gato se volvió muy gordo, pero el nombre se quedó ahí.

         Esa bola de pelos lo acompañó hasta la sala, su cuerpo regordete se veía gracioso mientras se subía a los muebles, caería de la gracia y agilidad de un gato común, ¿No era adorable?

         Ambos se quedaron acostados en el sofá, viendo una que otra serie al azar que encontraban, Hizashi hasta tomó una cerveza del refrigerador para pasar el rato bebiendo un poco. El sol ya estaba saliendo por el horizonte cuando sonaron pasos fuera de la casa, abrieron la puerta lentamente, como si no quisieran despertar a nadie.

         Aizawa supuso que su pareja e hijos ya estarían durmiendo, los únicos despiertos serían sus tres gatos esperando su alimento, pero el sonido proveniente de la sala casi le hizo preguntarse si Shinso estaba jugando hasta tarde de nuevo. Se asomó por la puerta y solo vió a Hizashi recostado bebiendo, el olor a cerveza era algo obvio, no le regañaría mientras se contuviera.

         Sus pasos se relajaron entre más se acercaba a la espalda del alfa, dejó su bolso caer al suelo con un golpe sordo, esto llamó la atención del rubio, quien volteó a verlo con algo de desconcierto, pasando a sorpresa y de último un profundo cariño.

Ya estaba en casa.

         Sentía su pecho calentarse y el cansancio llegar por él, acompañado del hambre, por supuesto. Se movió con pereza hacia el sofá, ocupando con descaro el cuerpo de Hizashi como si fuera una almohada, con el rostro recostado entre su pecho. Este solo vestía una camiseta delgada, hizo que Aizawa pudiera oler claramente su fragancia, un ligero olor a limón, agradable para el Omega de cabello negro. Hundió más su nariz en él, todas sus inquietudes se calmaron en un instante. Ambos estuvieron en silencio por un largo tiempo, Aizawa recostado sobre Hizashi mientras este jugaba con su cabello.

         Después de un rato, la voz de Shota sonó como un quejido irritado, se acabaron los abrazos — Tengo hambre...

— Kitty, ¿Qué quieres comer? — enredó sus dedos en el cabello azabache, intentando no reírse del rostro soñoliento de su amado — Podemos ordenar lo que tú quieras...

         Le gustaba mimarlo todo el tiempo, incluso cuando estaba fuera de su embarazo, era lindo verlo ser tan caprichoso a veces.

— Quiero pollo agridulce, lumpia y arroz Chino... — se sentó recto en el sofá, solo para recostarse hacia atrás todo incómodo.

— Mmh, iré a ordenar la comida, ¿Por qué no te das un baño? — se acerca para revolver su cabello y plantar un beso tierno sobre sus labios.

Amor a Golpes (Rapgum)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora