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— Aquí estamos con el pro héroe conocido como Fatgum, hace unos momentos se libró una gran batalla contra la peligrosa Yakuza, quienes, a pensar de estar desapareciendo, aún estaban haciendo de las suyas entre las sombras, ¿Algo que comentar, señor Fatgum? Escuche que fue una batalla difícil — la reportera acercó el micrófono hacia el héroe recostado en una camilla de hospital, recuperándose de las heridas hechas en batalla.

— Solo fue algo difícil, y aunque no me gustaría pasar de nuevo por algo así, lo haría para mantener el mal bajo control — dijo el héroe un poco nervioso sobándose la nuca con su mano libre, puesto que la otra se encontraba vendada.

— Es reconfortante saber que hay héroes como usted en esta sociedad, todos estamos muy agradecidos por sus servicios y esperamos que se recupere pronto — la mujer se alejó de la camilla para seguir hablando a la cámara — ahí lo tenemos, otro de los héroes que luchó valientemente por nuestro bienes...

Los policías apagaron la televisión del puesto de vigilancia, dejando al villano presente un amargo sabor en la boca por no poder terminar de ver aquella repetición de la pequeña entrevista. Sus dedos sujetaron fuerte los barrotes que tenía la ventana antes de salir de vista.

Capítulo 1:
Un reencuentro inesperado

       Con la vista al frente siguió en lo posible el camino que estaba tomando hacia su casa, la lluvia no dejaba de caer a su alrededor y el sonido del agua contra contra la superficie del paraguas comenzaba a ser irritante. Fatgum había terminado hace unas horas sus rondas habituales, ahora solo quería dirigirse a casa para poder descansar y comer algo, pero la lluvia lo atrapó en el peor momento posible, parecía ser el inicio para una posible tormenta eléctrica. Aún seguía recuperando gran parte de su grasa tras la pelea contra Rappa, por lo cual su cuerpo aún no estaba en el "volumen" indicado, eso no era algo muy bueno que digamos.

         Su kosei se apoya de la grasa que produce su cuerpo gracias a los alimentos ingeridos. Tenía que recuperar peso en caso de ocurrir alguna emergencia, prácticamente se encontraba desprotegido.

       Al llegar a su casa el primer paso fue abrir la puerta y entrar al recibidor para después dejar el paraguas a un lado, todo estaba a oscuras pero no le hizo ningún problema caminar hacia la cocina sin encender las luces, conocía muy bien su hogar como para preocuparse innecesariamente por eso. La cocina se iluminó parcialmente gracias al foco de la nevera tras ser abierta.

        El clima parecía estar empeorando cada vez más, los truenos y relámpagos iban junto al sonido de la lluvia entrando a su cocina. Esto último causó desconcierto en Taishiro, giró su cabeza hacia la ventana. Fue una sorpresa encontrar el cristal desquebrajado sobre el suelo con un rastro de pequeñas gotas de sangre, dejando paso a la lluvia y a la sensación alarmante de peligro.

       Vivía solo en una casa enorme gracias a sus proporciones, no era un lugar de lujo, pero al parecer alguien se vio llamado por la idea de irle a robar, al menos así lo vio él. La comida en esta ocasión quedaría para después, debía averiguar si se habían llevado alguna cosa o si aquella persona seguía dentro de su hogar, algo que consideraba poco probable pero posible.

– ¿Hay alguien ahí? — pregunta desconfiado mientras se acerca a donde debía estar el encendedor de la sala. Una pregunta algo tonta, lo sabía, ningún ladrón respondería algo como eso, pero no se le había ocurrido algo mejor que decir — Dios...

       Aquellas palabras salieron como un murmullo de sus labios tras encender las luces, ¿Sus ojos le estaban engañando o aquella persona sobre el sofá era quien pensaba que era? Se quedó atónito con la escena ante él.

Amor a Golpes (Rapgum)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora