VI: -Buenas Noches.... Mi guardián...

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Al ver que el menor tomó del té sonrió levemente, al ver que se sonrojó, ni se enteró por qué ¿Acaso podía enfermarse incluso estando muerto? Jamás vio un espíritu con un cuerpo muerto tan vivo... Eso le estimuló el alma, sonrió levemente con un sonrojo bastante leve. Se veía tan calmado y hermoso. Sus ojos dorados brillaban levemente, se sentía bastante vivo a pesar de estar muerto.

~ Mi pequeño espíritu...

Al ver que el contrario repitió la palabra que dijo, no se percató lo mal que había sonado hasta ahora, claro que puede ser un malentendido pero... De hecho no era un tal malentendido, rió levemente por lo bajó levantándose para sentarse al lado del contrario, sentando al pequeño encima suyo agarrando de su cintura.

~ No lo sé... Deberíamos buscar una respuesta a esa pregunta que solo hacen los vivos.

Dijo para así verle con una sonrisa calmada, el té verde le había hecho sentir bastante bien, acariciaba la cintura del muchacho mientras que lentamente se acercaba, parecía que le iba a besar pero apoyó su cabeza en el hombro del menor para ocultar su nariz entre el cuello y hombro del chico, intentando percibir un aroma, el preciado aroma del venezolano

Este seguía esperando que el contrario se diera cuenta de su error, pero al ver que se levantaba en su dirección se confundió un poco, lo miraba con la ceja alzada por un momento confundido, pensando que solo se sentaría a su lado, pero en eso que siente como lo levanta y lo pone encima suyo, se sobresaltó un poco mirándolo extrañado y nervioso más cuando sintió como acariciaba su cintura

—A-amm Marico.... Este.... N-no es por nada P-pero... ¿Qué coño tiene este té? ¿Le pusiste de la verde acaso...? N-no pensé que habría de esas aquí jaja

Solo desvía la mirada riendo nervioso, claramente el momento le era algo sorpresivo y un poco incómodo, pero al ver cómo se fue acercando a él, su respiración se fue agitando, sonrojándose enormemente por reflejo cerro los ojos rápido temblando levemente en eso sintió la respiración del contrario en su cuello, provocándole un escalofrió recorrer su espalda por completo.

~ Mmngh... Mi pequeño espíritu... Tu aroma me prende...~

Dijo en modo de broma mientras acariciaba la cintura del menor.

—C-China... ¿Q-que h-haces?... ¿A-a que te refieres...? ¡¡D-déjate de bromas!!

Dijo tomándolo de los hombros suavemente mientras lo miraba de reojo sonrojado. Al escucharlo hablar sobre que se prendió, solo se paralizó por un instante, tensándose.

China rió y le quitó las manos de encima poniéndolas detrás de él, acostándose aun teniendo al menor encima de sus piernas. Cerró los ojos sonriendo, lo que sí estaba notoriamente sonrojado y no, no estaba borracho, solo quería hacer un pequeño tonto juego con su acompañante.

Al escuchar su risa el menor solo le dio un lepe inflando sus mejillas rojas, molesto, para luego fingir molesto pero al escuchar lo que dijo sobre su forma demoniaca, la última vez fue cuando era un primerizo que tenía miedo y seguía con miedo al contrario con el sueño de escapar, pero ahora por alguna razón era lo que menos quería, tal vez sería por la razón de que no tiene a mas nadie con quien contar, está solo, la única persona suficientemente poderosa para cuidarlo era el, y quisiera o no tenía que aceptar la propuesta ya que no quería salir lastimado aunque por dentro temía que pasara como la última vez.

~ ¿Quieres dormir un poco? Juntos... Pegados... Nosotros dos solos... En la alcoba, sótano o aquí mismo, donde quieras

Decía con una voz tranquila, abrió sus ojos para observar a su pequeño espíritu y se sentía bastante aliviado, tranquilo, más humano.

Al escuchar como este hablada de dormir los dos juntos solo le gruño sacándole la lengua

—Gafo, ¡¡¡No lo digas así!!! ¡¡Se oye demasiado feo!!

~ Si quieres puedo dormir en mi forma demoníaca para que te sientas protegido por si algo entra... Es muy propenso escuchar ruidos, pero son solo espíritus errantes buscando hogar... El hogar que tú ocupaste. O un monstruo del bosque que se perdió, estoy más alerta siendo un demonio al cien por ciento que un humano, pero es a tu comodidad y sí, tu comodidad incluye abrazarme como si fuera un osito.

Apoyó los codos en el piso para acomodarse un poco aun teniendo al venezolano encima y luego lleva una de sus manos a la mejilla del chico para acariciarla. Le miró directamente a los ojos y los cerró un poco sonriendo, se había quedado literalmente con una cara de tonto.

~ Es la primera vez que me dejas tenerte tan cerca... Me fascina tocarte y sentirte, mi pequeño.

Se tapa las mejillas rojizas, para luego mirar al contrario, se acercó a la mano de esta para que le acariciara, la mejilla con mayor comodidad, se acomoda sobre el pecho del contrario mirándolo un poco nervioso

—O-okey... Comprendo los peligros... P-pero promete que no sucederá como la última vez... ¿Sí?

Dijo mirándolo a los ojos con sus estrellas plateadas en estos brotando un brillo hermoso como si se tratara de una laguna en sus ojos con las estrellas en reflejadas en sus ojos.

La última vez que China se había vuelto un demono al cien por ciento este se había vuelto más apegado y un poco más dominante consigo mismo, era como una clase de animal salvaje que nadie podría controlar.

Oía lo que decía el venezolano respecto a lo de la última vez, realmente no lo recordaba muy bien, era borroso y no entendía qué había sucedido. Era como un recuerdo perdido, pero ¿Cómo no negarse a ese hermoso rostro espiritual que ruega una promesa? Eso era lo que más le conmovía. Sonriendo, empezó a acariciar la cabeza de su querido pequeño espíritu.

~ Si... Te lo prometo, mi pequeño y más preciado espíritu...

Se acurruco en su pecho abrazando despacio al contrario aceptando que el mayor le protegería.

Suspiró como un tonto observando el rostro, cada pequeño detalle y facción de su hermosa cara. Su alma latía algo rápido, los espíritus con cuerpo llevan sus almas como corazón, es por eso que algunos pueden sentir emociones, hay excepciones de quienes han vendido sus almas y han quedado condenados como espíritus carentes de energía.

~ No te volveré a hacer daño, ni te lastimare otra vez... Tampoco te gritaré... Desde hoy y ahora, mi pequeño espíritu... Serás mi acompañante, mi aventurero y hermoso espíritu...

Rascaba su cabecita con cariño, el asiático tenía un deseo extraño por dentro, no sabía muy bien cuál era pero enloquecía su alma y eso le resultaba agradable, por el gran sonrojo que tenía China en su rostro, era tan lindo con esos ojos brillantes dorados y su rostro tímido gracias al venezolano ¿Que fue ese gran cambio?

~ Duerme mi pequeño espíritu... Tienes que descansar, cierra tus hermosos ojos para otro día empezar...

No tenía realmente planeado dormir, quería estar despierto cuidando al espíritu, de hecho se levantó un poco para acercarse a una pared la cual apareció una cobija y una camita para el chino. Se recostó aun teniendo al venezolano encima suyo y lo apoyó en su pecho acariciando su cabeza, cerca por la oreja y mejilla haciendo un pequeño vaivén como si tocara un instrumento mientras que tarareaba una pequeña canción de cuna.

El menor lo miró de manera soñolienta para primero acomodarse sobre el pecho del asiático, era grande acogedor, suave, como una almohada, le gustaba, nunca nadie había compartido cama con él, claro que aparte de Guyana nadie más, se sentía muy bien a su lado, tenía una sonrisa dulce y animada en su rostro con un rubor, no sabía por qué razón se sentía ahora tan seguro a su lado, cuando antes se sentía atado y sin ninguna clase de valor, solo quería quedarse con el asiático, ¿Por qué? No lo sabía, pero lo único que sabía es que le fascinaba el cómo se sentía el poder recibir cariño de alguien desde hace mucho tiempo.

Poco a poco fue cayendo en un muy profundo sueño mirando a los ojos del asiático para luego caer rendido en sus brazos

—Buenas Noches.... Mi guardián...

Susurró lo último con una sonrisa dulce y tierna, de verdad se sentía muy bien.

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