Capítulo 1

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Maddison

La luz del sol entrando por la ventana y dándome en el rostro hace que me despierte. Me estiro y restriego mis ojos antes de abrirlos por completo.
Me levanto de la cama y voy al único baño que hay en el pasillo. Tomo una ducha rápida, lavo mis dientes y peino mi cabello. Vuelvo a la habitación y me pongo algo cómodo puesto que es domingo, un short y una camiseta es mi elección de ropa.

Bajo a desayunar. Mi madre está en la cocina terminando la comida, deposito un beso en su mejilla y me siento en un taburete a verla cocinar, es una de mis actividades favoritas, me recuerda a cuando estaba pequeña. Es relajante para mí.

Me llamo Maddison. Soy una chica de 17 años que ama patinar, leer, comer y ver televisión. Si ese es mi día a día durante las vacaciones del instituto. Vivo con mi madre solamente, mi hermano mayor se fue de casa hace dos años a un departamento que compró cerca de su universidad, él viene de vez en cuando a visitarnos cuando sale de vacaciones pero por lo general ya no lo veo mucho. Mi padre, bueno mi progenitor porque no se merece el título de padre, nos abandonó cuando yo tenía dos años de edad, casi no lo recuerdo pero mi hermano sí.
Recuerdo que él se la pasaba molesto todo el tiempo, molesto con el mundo y con cualquiera que se le acercaba incluyendo mi madre, pero conmigo fue diferente, él se comportó como un padre, un amigo, un hermano, mi protector. Decía que nadie volvería a herirme como lo hizo el hombre que se suponía debía cuidarme con su vida. Así que se podrán imaginar lo sobreprotector que es.

-Cuéntame ¿qué planes tienes para el verano? - preguntó mi madre dejando un plato de hotcakes frente a mí.

-Bueno Sarah y yo estuvimos hablando acerca de conseguir un empleo de medio tiempo durante las vacaciones -me encogí de hombros probando un bocado de esa comida de Dioses.

-Me parece buena idea que hagas algo durante las vacaciones cielo, sabes que no me gusta que te quedes sola y sin hacer nada.

Suspire y rodé los ojos pero no dije nada, me limité a comer en silencio. Mi madre tenía buenas intenciones pero le gustaba controlar todo, las cosas que no salían como ella quería la desesperaban. Mi hermano me dijo que ella se volvió así desde que el progenitor se fue, pero eso no me servía de nada si todo el tiempo mi madre era estricta conmigo. Me prohibía comer dulces, me prohibía usar short o faldas, Me prohibía salir con amigas o tener novio. A veces mi hermano se metía y me daba las cosas que mi madre me privaba, pero bueno solo me toca esperar el día en que vaya a la universidad y pueda tener mi vida sin rendirle cuentas a nadie.

Mi madre salió de la cocina y fue a su habitación a arreglarse para el trabajo, mientras que yo me quedé terminando mi desayuno y limpiando la cocina.
El timbre de la casa suena. Seco mis manos y me dirijo a la puerta principal.
Cuando la abro no puedo evitar sonreír y saltar a los brazos de mi hermano.

-¡Leonel! -chillé emocionada.

Leonel dejó su maleta a un lado y me atrapó en el aire girando conmigo en el proceso. Luego me depositó en el suelo y me abrazó dejando un beso en mi cabello.

-¿Cómo estás enana? -Leonel se apartó un poco de mí y me escaneó con la mirada- vaya creo que ahora si tendré que poner en práctica mis lecciones de boxeo contra todo aquel que se te acerque.

Me reí y lo golpeé en el hombro.

-No seas exagerado, tampoco es para tanto -le saqué la lengua.

Iba a replicar pero lo cortaron.

-¿Mira idiota vas a ayudarnos aquí o solo te quedarás a ver? -gruñeron desde la entrada de la calle.

Me asome en la puerta y vi que mi hermano no había venido solo. Sus mejores amigos lo acompañaban, Richard, Kevin y...faltaba uno. Traté de disimular un poco mi desilución al ver que no había venido con ellos.
Richard estaba recostado del auto con los brazos cruzados al pecho mientras que Kevin hacía un esfuerzo enorme por bajar el equipaje del maletero.

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