Capítulo 1.

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PERDÓN LAS FALTAS, LAS CORREGIRÉ EN UN RATO.

                                                                                 

22 de marzo, 2013. - Inicio de la primavera.

"Un mal comienzo."

Sus rápidos y exaltados latidos fueron incrementando, y Nonna casi podía sentir el cuerpo palpitarle. Sus manos se removieron por debajo de la mesa, mientras que las calientes gotas de sudor se deslizaron desde el contorno de su rostro.

Me das asco. escupió, y sus puños golpearon ferozmente la mesa, haciéndola sobresaltarse.

Sus piernas se movieron desde un costado rodeándola, y sus manos llegaron a su suave rostro, bañado en lágrimas. Le apretó bruscamente las mejillas, y un quejido de dolor brotó de sus labios, haciéndolo reír.

–No sabes con quién te estás metiendo, Nonna. –amenazó, y llevó sus dedos a su cabello, acariciándoselo.

Alejó sus cuerpos, y dándose media vuelta se mantuvo quieto, soltando un par de carcajadas.

Negó con la cabeza lentamente, y observándola de costado sus ojos se volvieron negros. Los chillidos y golpeteos del otro lado de la puerta la hicieron estremecerse, y apretó sus ojos lo más fuerte que pudo para que el sufrimiento se fuera de una vez. Soltó un suspiro de agonía.

No sufras cariño... Ella se lo merecía de todas formas.

Desvió su mirada al esbelto cuerpo que se encontraba frente a ella, y lo vio prender un cigarrillo, mientras se sentaba sobre la mesa. Los horrorizados y asustados chillidos de su madre resonaron otra vez, y pudo escuchar como sus uñas rasgaban el dorso de la puerta, buscando la forma de huir.

Una oleada de impotencia le recorrió el cuerpo, sintiéndolo arder.

¡Eres un hijo de puta! gritó, y sus manos se empuñaron a los costados de la silla. La comisura de sus labios se elevaron, y dejó escapar lentamente el humo desde su boca.

–Oh Nonna, tú sabes como odio que me hables así.

Su cuerpo se paró ágilmente de la mesa, acercándose lo suficiente como para que su puño impactara contra su mejilla. Su cuerpo fue impulsado hacia atrás, y su espalda colisionó contra la fría cerámica.

Los chillidos aumentaron, y pudo sentir como una patada se impregnaba bajo el abdomen, haciéndola gemir. Las grandes y firmes manos de él la agarraron desde sus hombros, y sacudiéndola la lanzó a un costado, botando todas las botellas de cerveza que se encontraban apiladas. Sus ojos comenzaron a pesarles, y tratando de reincorporarse sintió el piso darle vueltas.

«Debo salir de aquí... »

Sus respiraciones se volvieron entrecortadas, los estallidos de las sillas contra las paredes fueron incrementando, y un aullido de dolor retumbó por la habitación, mientras trataba de sacar sus delgados y huesudos dedos de los trozos de madera incrustados...

 

Abrió sus ojos de forma impaciente, llevándose ambas manos al pecho, en busca de oxígeno. Sus cabellos me removieron alborotados, y su cuerpo se sacudió de forma inquieta. Ondas electromagnéticas le recorrieron la columna, haciéndola estremecer, y pudo distinguir la mirada de todos penetrarle el cuerpo.

–¿Algo que desee compartir con la clase, Srta. Miller? –la voz  de su profesor de historia resonó por sus oídos, y levantando temblorosamente la mirada pudo distinguir los rostros burlescos de sus compañeros, llenos de gracia.

Handwritten » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora