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Capítulo 2.

NOTA AL FINAL.

  

                                                                                  2

25 de marzo, 2013.

“Nueva conocida.”

–¡Este es el mejor día de mi santa vida!

Habían pasado dos días desde aquel incidente, y por alguna razón extraña razón, su compañera de biología avanzada no se le había podido quitar de encima. Sus cabellos color chocolates se encontraban trenzados por un costado de su rostro, cayendo perfectamente por sobre su hombro izquierdo, sus ojos, un poco más claros, desprendían pequeños destellos de alegría, y la comisura de sus labios siempre se mantenía tirante, dejando que su encantadora sonrisa saliera a flote.

Faith la miraba impaciente, rogando que la tierra se abriese y se la tragase de una vez. La simpatía y entusiasmo de Hillary llegaba a enfermarle, y por más que quisiera decirle que agarra sus cosas y se fuera al carajo, su boca se mantenía completamente sellada, como si hubieran bañado sus labios con un pegamento extra-potente.

–¡Esto va a hacer maravilloso! –chilló Hillary, dando pequeños saltitos.

Sí…

>>¡Juro que seremos completamente unidas! No te dejaré ni por un segundito, Faith. ¡Ya casi te siento como una hermana! –rió, estrechándola firmemente en sus brazos.

Faith removió sus manos inquietas, apartándola de forma brusca. Hizo una mueca de disgusto, y dando unos pasos hacia atrás acomodó su bolso sobre su hombro, desviando la mirada.

–No cr-reo que esto sea una b-buena idea, mh… ¿Hillary? –su risa la hizo estremecer, y ella asintió.

–¡Oh vamos! No soy tontita, ¿Sabes? Sé de tu condición, pero no debes temerle a tener amigas, de todas maneras, yo también soy juguetona. –indicó, meneando sus cejas de arriba abajo. Faith la miró confundida, sintiendo sus mejillas arder.

–¿De qué di-diablos estás hablando?

Hillary negó con la cabeza, dando unos pasos hacia ella. Acercó ambas manos al rostro de Faith, y descendiendo hasta sus hombros ladeo su cabeza hacia un costado.

–Tranquila, sé que los primeros meses difícil, he tenido un montón de amigas con este problema, pero prometo que lo solucionaremos. Ya verás que no es tan horrible como pensabas. –alentó, sonriendo y apretando suavemente sus hombros– Quizás hasta podríamos hacer una linda pareja, ¿Sabes?

Faith se quedó muda, procesando todo lo que Hillary estaba hablando. Su rostro palideció, sintiendo su desayuno revolverle el estómago. Las palmas de sus manos comenzaron a sudarles, y la cálida mirada de Hillary hizo que las náuseas aumentaran.

Una linda pareja…

Su cuerpo retrocedió otra vez, casi como si el recordar de las palabras la hubieran empujado, chocando con el frío metal de los casilleros. Su respiración se aceleró, y cuando Hillary quiso acarisear su brazo, Faith la apartó duramente.

–¡¿Qué?!

Sus piernas comenzaron a dolerles, como si grandes hormigas se le subieran encima, dándole fuertes mordiscos. Hillary la miraba apenada, como si toda esta situación estuviera siendo más incómoda de lo que habría imaginado, y notando como Faith se acomodaba uno de sus pequeños y delgados cabellos caerle por el rostro, la vio comenzar a correr hacia otro de los largos pasillos.