–Sabes que lo hago por tu bien, ¿Verdad?
Nonna movió su mano con desdén, manteniendo su mirada fija en el golpetear de las hojas contra el parabrisas. Sus manos se movieron inquietas sobre su regazo, y su estómago se revolvió cuando la escuchó hablar otra vez.
–No te darás ni cuenta cuando ya hayas terminado tus estudios y vuelvas a casa. –le dijo, mientras encendía la radio– Además, tu padre estará encantado en tenerte de vuelta, ¿Sabes? A él le encantaba hacerte eso del avión y esas cosas…
El sonido de la guitarra acústica comenzó a sonar por los parlantes, y Faith acercó su mano para subirle el volumen.
–Ya basta, mamá.
I think I’ve had enough, I might get a little drunk…
–Siempre me pregunté de esa obsesión que tenían ustedes dos con las estrellas… –ella rió– ¡Todas las noches preparábamos chocolate caliente y nos poníamos sobre una mantita a verlas!
–Mamá…
I’m just tryna make it back home by Monday, mornin’, I swear I wish somebody would tell me…
–Que días aquellos, ¿No? Pareciera como si hubiera sido ayer cuando…
–¡Santa mierda, detente de una puta vez! –chilló, y apretando bruscamente el freno del auto, el chirrido de los neumáticos retumbaron por el interior.
Woke up an optimist, sun was shining I’m positive…
Sus cuerpos fueron empujados hacia delante, Nonna se agarró de todo lo que pudiera para no salir disparada. Su madre la miraba horrorizada.
–¡¿Qué sucede contigo?! –sus respiraciones chocaron, y Nonna no pudo contener las lágrimas de angustia que bañaron su rostro.
Then I Heard you was talkin’ trash, hold me back I’m bout’ to spaz…
Ambas permanecieron en silencio, y su madre se puso en marcha otra vez, luego de unos cuantos minutos. Todo le parecía tan miserable que casi podía sentir el vértigo del profundo precipicio de sus pensamientos. No sabía que pensar, no sabía que sentir. Solo le faltaban unas horas para embarcar y estaría de nuevo en su país natal.
De nuevo en San Francisco…
Apoyó su cabeza contra el frío vidrio de la ventana, y apretando sus ojos se prometió no dejar que sus miedos la invadieran otra vez.
Now I’m Four Seconds from wildin’, and we got three more days ‘til Friday…
(…)
Despegó su cabeza de la pequeña ventana ovalada, lanzando un suspiro frustrado. Ya habían pasado unos veinte minutos desde que había pasado policía internacional y habían llamado a los pasajeros de su vuelo para que pudieran embarcar.
Luego de unos cuantos besos en la frente y abrazos apretujados, su madre había optado por soltarla, proporsionándole una mirada de aliento.
–Todo va a estar bien, Nonna. –le aseguró, acariciándole el cabello– No hay de qué preocuparse.
Ella solo había asentido, dando media vuelta para dirigirse a la puerta de embarque. Sabía de ante mano que si la conversación se extendía más allá de eso, las lágrimas volverían a quemar su rostro.
Se acomodó sobre el acolchado asiento, tratando de distraerse con todos los pasajeros que caminaban por el pasillo. Sus labios dolían, y la presión de sus dientes contra ellos le estaba ocasionando una herida.
Desvió su mirada a la ventana, y pasando suavemente sus dedos por ella pudo ver como uno de los aviones aterrizaba.
–Disculpa, ¿Este es el asiento 35B?
Giró su cabeza lentamente, recorriendo de pies a cabeza el chico que se encontraba frente a ella. Sus ojos se detuvieron en las profundas esferas azules de su rostro, rodeadas por las largas y encorvadas pestañas. Bajó su mirada a la brillante sonrisa ladeada que las acompañaba, y casi pudo sentir su corazón darle un vuelco.
Se quedó pasmada en su asiento, sintiendo la sangre hervir.
¿Qué diablos?
El retumbar de sus latidos resonó por sus oídos, y agarrándose firmemente del asiento contuvo la respiración, rogando que todo fuera un sueño.
–Sí. –susurró, y pudo ver como el chico asentía, acomdandose a su lado.
Nonna se quedó estática, como si la presencia del chico pudiese alterar todas las hormonas de su cuerpo.
–Por cierto, me llamo Douglas. –y viendo su mano extendida hacia ella la estrechó, sintiendo una oleada de energía recorrerle las mejillas.
–Loren... Wright– Mintió. El rostro de Douglas se iluminó, y ampliando su sonrisa depositó su cabeza sobre el asiento.
–Pareces nerviosa, ¿Es la primera vez que viajas?
Nonna suspiró, mientras agarraba su cabello en un moño desarreglado.
–No, yo solo… No me gustan los viajes como estos.
–Oh… Bueno, si te hace sentir mejor, a mí tampoco me gustaban. –respondió, giñándole el ojo.
El rubor se apoderó de sus mejillas, captando perfectamente la indirecta. El sonido de los motores encendiéndose la hizo dar un respingo, y abrochándose el cinturón vio como una se las azafatas daba las indicaciones del vuelo.
Un destello de ansiedad cruzó por entre sus pupilas, sobresaltándose por la cálida mano que se encontraba sobre su brazo, desvió la mirada hacia Douglas, y pudo ver como la comisura de sus labios se elevaba otra vez, enviándole una sonrisa tranquilizadora.
Se preguntó si no le dolía sonreír tanto, y cerrando ambos ojos se mantuvo inquieta hasta que el avión comenzó a moverse.
Adiós...
+ + +
Bueh, todo se necesita comenzar con un prólogo... ¿No es así?
Comentarios, votos, etc., siempre serán bienvenidos.
Besitos, y disfruten su día.
ESTÁS LEYENDO
Handwritten » h.s
Ficción General«Ella estaba rota. Ellos buscaban la forma de repararla.»