Brahms

755 63 15
                                    

-7:00 am- Día 2

Los rayos del sol golpeaban de forma directa el vidrio de la ventana, estos fueron los causantes de que el muchacho de cabellos rubios se deslumbrara poniendo fin de su cita con Morfeo. Esté de forma perezosa levanto los brazos estirándose un poco en el sillón para luego final mente levantarse de este, el cual se prestó a hacer de cama para él en la noche anterior. El joven se tocaba los ojos, restregando con sus dedos levemente estos, el muchacho una vez más despierto se acordó de que antes de quedarse dormido en aquel sillón; él estaba leyendo un libro, por lo que se dispuso a buscarlo, ya que esté no parecía estar regazo. El joven West miró por el suelo y por debajo del sillón a ver si lo encontraba, pero aquel libro no lo hallaba por la zona; confundido giro su cabeza alrededor de toda la habitación ya resignadas por la infructuosa búsqueda hasta que lo encontró, el libro estaba encima de una mesita que se hallaba en la sala de estudio. Aquello lo extraño bastante pues estaba casi seguro de que era imposible que lo pudiera haber dejado en aquella mesa la noche pasada.

- ¿Qué es esto? - Expreso pues descubrió que encima del libro había una carta la cual esta a perfectamente doblada la cual evidentemente no estaba la noche anterior. La tomaba entre sus dedos, los cuales desdoblaron la carta con cuidado; ya desplegada la nota se dispuso a leerla pues tenía la intuición que aquella carta estaba personal dirigía a él.

En aquella nota estaba expresada con estas palabras-

"Estimado SR West, Soy el Sr. Heelshire, dueño la mansión que usted ha tenido la imprudencia de allanar, pero antes de llamar a la policía, he podido leer su carta de disculpa por consiguiente no vamos a llamar a las autoridades, dejando este asunto como un simple susto, ya que usted se trataba de una persona educada. Tengo que informarle que su inesperada visita ha sido toda una sorpresa tanto para la señora Heelshire como para mí; pero pesar de este sobresalto, nos complacería mucho que sé quedase como nuestro invitado todo el tiempo que desee. Le hemos preparado una habitación donde usted puede hospedarse, la encontrara en la segunda planta de la mansión.

No se preocupe por la comida, los viernes a las 17:00 p.m viene un repartidor para traerla.

Esperamos que su estancia aquí sea agradable. Atentamente SR y Sra. Heelshire."

- ¡vaya!- exclamó de forma sorprendida el joven pues si había leído bien aquella carta, los propietarios de la mansión había regresado en la noche mientras él está durmiendo y en vez de despertarlo, que sería lo lógico pues cualquier persona normal se asustaría al ver a un extraño en su casa, estos decidieron dejarlo descansar - será ¿por qué leyeron mi nota?- suscito el joven con cierto recelo pues nadie en su sano juicio actuaria así y menos que invitar a un desconocido a quedarse en su casa. Al finalizar la lectura de aquella carta, la dejo nuevamente en la mesita junto al libro; mientras salía de la sala de estudio, ya con la luz de su parte y con el beneplácito de los dueños de la casa decidió ir a explorar mejor el lugar tal vez un reconocimiento de la zona le haría decir si aceptara o no la "invitación" de los Heelshires. Camino por el pasillo fijándose en el inmobiliario que había, haciéndose en su mente un pequeño mapa mental de donde estaba cada cosa; al llegar a las escaleras de madera pensó que sería buena idea subir a ver el cuarto de invitados que muy amablemente los señores de la mansión le habían cedido para que descansara - "Esto me huele a trampa"- pensó, pero su curiosidad podía más que su prudencia, por lo que subió por aquellas escaleras hasta el segundo piso y mirar por las habitaciones.

Encontrándose nuevamente con aquel cuadro familiar, el cual analizo con más detenimiento- parecen una familia feliz ...- comento para después encaminarse por el pasillo para buscar puerta por puerta la habitación donde iba a hospedarse, hasta que dio por fin con una que estaba abierta, la cual de forma concluyente dedujo que era la habitación que le habían reservado; esta era sencilla, pero a la vez elegante, tenía las ventanas muy grandes pues fuente principal de iluminación el cuarto, aparte de una pequeña lámpara algo anticuada que estaba en una de la mesita de noche junto a la cama. Está era grande con una colcha de punto (hecha a mano) cubriéndola, hasta el suelo y a los pies de esta había un arcón con un teléfono antiguo de color crema. Ese tipo de teléfono que solo podría haber en una casa vieja, los cuales solo son  más de decoración que de uso. Giro su mirada para ver en la habitación también tenía una cómoda de madera decorada con un bordado de ganchillo antiguo, encima de este había un montón de objetos, tales como recipientes de perfume, figuritas de porcelana y alguna que otra pequeña caja. Al lado de aquel mueble había un armario empotrado en la pared, el cual parecía viejo y desgastado. Al abrirlo no había nada aparentemente sospechoso dentro, solo era un armario pegado a la pared en cuál le serviría para guardar algunas de sus prendas, si esté decidiera instalarse. Decido mirar por la ventana a ver que paisaje se divisaba en aquella estancia, pero algo le desconcertó pues la ventana en cuestión parecía tan vieja como todo lo que había en la habitación y decido comprobar una cosa. Golpeo de forma suave el cristal notando que este no era como otros cristales que le ya conocía - ... Tal vez sea un cristal doble - dedujo que seria para impedir que haga frío en el cuarto, pero también le hizo pensar que este cristal no se rompería tan fácilmente si por algún casual tuviera que escapar.

The Boy - The Forbidden GameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora