La verdad, no se lo imaginaba. No tenía ni la menor idea que ese podría ser su último día, y que en un par de minutos tal vez de su último respiro.
Tenía... ¿miedo? Tal vez, pero más le aterraba seguir viviendo al haber huido. Así que si, ya ha tomado una decisión, y es la de luchar con todas sus fuerzas y haberlo dado todo en combate.
Los dos demonios eran muy parecidos de por si, los dos eran erizos pero uno con betas rojas como la sangre, y los ojos rubíes; y el otro poseía las betas grises con ojos del mismo color, con un toque de verde. ¿Quiénes eran?
Al estar luchando cuerpo a cuerpo, se separaron en par de un demonio y un ángel, y se dirigieron a distintos lugares. Al estar cansado, Sonic y el demonio con el que batallaba, decidieron tomar una especie de descanso, sin haber dicho ninguna palabra.
Con la respiración agitada, los dos trataban de mantenerse de pie, pero por obvias razones, el demonio estaba mucho más pronto a recuperarse.
- Ah... - con un grave suspiro, el demonio comenzó a hablar: No me esperaba que podrías llegar a competir con alguien como yo.
- Uno nunca sabe, ¿no? - respondió Sonic, moviendo los brazos en forma de círculo para estirar los músculos. Estaba cansado, pero aún no se daba por vencido.
Y el demonio tampoco.
-Por cierto... ¿ a quién tengo el honor a enfrentarme ? - preguntó el demonio, interesado por el nombre del ángel.
- Me llamo Sonic. - respondió con mucho orgullo y firmeza.- y yo seré quien te vencerá y no habrá más terror de tu parte por aquí.
El demonio ni se inmutó a la especie de broma o realidad que crea su imaginación el erizo azul.
-Soy Shadow, hijo de Lucifer. Segundo heredero al trono.
- ¿Con que alguien te ganó el trono primero, eh?
- Si no sabes, el hermano mayor siempre suele tener mucho más cargos. Agradezco ser el menor.
- ¿Con que tienes un hermano, eh?
- En efecto, y si lo conoces.
-Me temo que no.
- Ah, que ángel más tonto eres, Sonic. - bufó, y se cruzó de brazos- ¿Quién es el demonio que acabas de ver que se parece demasiado a mi?
- ¡Hey! No tienes ningún derecho a hablarme de esa manera, demonio tonto. - hizo un leve puchero, sabía que no solía prestar atención al entorno, pero... no era necesario que alguien se lo recalque, ¡y qué peor que un mismo demonio! - Además, ya me lo imaginaba...otra cosa es que quería que tú mismo me lo dijeses.
- Como sea, espero que te sirva eso de referencia antes de morir. - y en un abrir y cerrar de ojos, Shadow estaba demasiado cerca a Sonic.
El azul podía sentir su respirar sobre su rostro, el aire era caliente y húmedo al sentirlo sobre su rostro, le hacía sentir un poco nervioso. El demonio tenía una mirada demasiado intensa. Las dos miradas se encontraron, perdiéndose en el color ajeno. Respiró profundo, el aroma del demonio se le hizo familiar, y abrió más los ojos cuando una especie de cinemática le recorrió intensamente por la mente, pero esa especie de cinemática no la recordaba, porque no la había vivo. Un leve dolor en el pecho le recorrió, similar a un recuerdo cuando se desvanece de la nada, tal vez era un poco de terror por saber que el final destinado ya había llegado.
¡ No ! ¡ Déjenme !
Shadow alzó su mano, e iba a darle con una estaca que había creado con el poder de las sombras que posee, pero al chocar con la mirada del erizo azul, lo dejó inmóvil. Un leve ardor en el pecho se hizo presente, algo así más como dolor, un sentimiento que se le hacía muy conocido. Retrocedió, al sentir un recuerdo venir a su mente de manera fugaz y muy fuerte, mareándolo un poco.
¡ Déjenme estar con él !
- ¿Qué... fue eso? - se preguntaron los dos al mismo tiempo.
A los segundos, al haberse recuperado los dos, se quedaron inmóviles, mirándose uno al otro, con los ojos abiertos como plato. Confundidos, ángel y demonio trataron de hallar respuesta a ese comportamiento tan insólito en sus cuerpos.
Respiraban agitadamente, realmente no entendían lo que había pasado, y eso no les agradaba para nada. Mas bien, los molestaba, porque se quedaban con la duda.
- ¿Porqué...porqué no me mataste?- preguntó Sonic, un poco alterado por la situación.
- ¿Tantas ganas tienes de morir? Calmate, que yo tampoco tengo ni la menor idea del porqué. - suspiró y recuperó la compostura.- Bueno... creo que será para la próxima vez.. - desplegó sus alas para volar, y al tomar impulso, decide dejar a Sonic sobre el suelo hecho de nubes.
- ¡Hey, no me dejes! ¡No te vayas a por Silver! - Preocupado por su amigo, y dejando el pequeño trauma de hace un momento, decide ir por Shadow quien andaba un poco más adelante por haber ido volando primero, pero inmediatamente lo alcanzó, Shadow estaba buscando a Mephiles.
-Mephiles, es hora de irnos. - ordenó Shadow, de manera muy seria.
- ¿Irnos? ¿Por qué ahora? -Se giró a ver a su contricante que estaba en el suelo, cansado y respirando agitadamente. Sonic se acercó al oji ambar a brindarle ayuda, acunándolo sobre sus brazos - Bueno, creo que es hora de irnos...- desplegó sus alas, que eran igual de grandes que las de Shadow y emprendió vuelo a seguir a su hermano. - ¡Nos vemos luego, mi angelito! - dijo desde el cielo, seguido de una risa. Sonic se dedicó a abrazar a Silver acunándolo más contra su pecho, en forma de protección, expresando un ceño fruncido.
Silver soltó un quejido; estaba herido, pero no de gravedad.
Al emprender vuelo los dos demonios alfa, a Shadow se le escaparon alguna que otra ala singular de la gran cantidad que tenía, luego todos los demonios que estaban batallando les comenzaron a seguir, obedeciendo la orden de retirada.
A Sonic sintió algo sobre su cabeza, palpó y vio que era una ala negra, y estaba casi seguro que pertenecía a Shadow porque él era el único que tenía ese color tan oscuro, después de todo, su hermano las tenía grises.
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Nota de la autora:
-Gusten de escuchar la canción mientras van leyendo la historia-
Muchas gracias por estar siguiendo esta linda historia, agradecería mucho sus hermosos comentarios y sus maravillosos votos a este capítulo. Un beso, ¡los quiero demasiado, jamás me cansaré de decirlo!
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Entre Ángeles y demonios Sonadow [Editando]
RomanceEn el inframundo y en el cielo las reglas son muy estrictas, por lo cuál deben ser cumplidas a toda costa. ¿Será posible ser capaz de romperlas? Dos erizos piensan que si.