Una bofetada se plasmo en su mejilla cuando cruzo la puerta principal de la residencia Yamanaka, la mujer frente suyo la observaba con el ceño fruncido y su mano aún levantada. Mantuvo su postura ante la mujer negándose a demostrar el dolor en su mejilla, las personas encargadas de servirles miraban la situación. Después de unos minutos la mano de la menor azoto contra la mejilla de la mujer mayor, quien solo giro su rostro ante el golpe.
"No olvides que no eres más que la amante que tuvo la suerte de convertirse en esposa, no eres nadie y nunca vas hacerlo".
Después de pronunciar las palabras giro sobre sus tobillos y guió su camino a las escaleras, ignorando la mirada de odio a sus espaldas. Lanzó el sombrero que cubría su cabello a un rincón de su habitación moviéndose en su lugar y pasando las manos por su rostro en un intento por lograr desaparecer la irá. Cuando miro su reflejo en el espejo de su tocador su mejilla se encontraba una marca rojiza que podía notarse por sobre el rubor.
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Ignoro los ronquidos del rubio y continuo su análisis en las grietas en el techo, por obligación esa era la ultima noche en que podría dormir en el lugar, al día siguiente debía abandonar el lugar. Durmió por momentos hasta que el sol salió por completo y la enfermera entro en el lugar con cosas en sus manos, se sentó en la camilla esperando a que la mujer se acercara.
"Son sus pertenencias, las trajeron dos días después de que ingresaron. Hoy llegaran nuevos heridos así que solo pueden quedarse hasta el medio día".
"Gracias...".
La enfermera dejo un par prendas y otros objetos en cada camilla, después de unos segundos dio un suspiro y tomo sus cosas decidido a salir del lugar lo más pronto posible, a su lado Naruto también lo siguió. Entre el dolor y la incomodidad logró ponerse los pantalones y quitar la bata que había cubierto sus vendas. Apretó sus labios cuando sintió punzar sus heridas, detuvo el movimiento de sus brazos y espero a que el dolor se disipará hasta que pudiera acomodar su camisa. A sus espaldas Naruto se sacudía por el leve cuidado que estaba teniendo al cambiar sus prendas, cuando estuvo listo espero media hora hasta que el dolor en su cuerpo se detuvo y pudo ponerse de pie.
Dio un asentimiento en forma de despedida al rubio Uzumaki y con pasos lentos, casi arrastrados, salió de la unidad de recuperación, camino por los pasillos siguiendo los carteles de salida en las paredes, en su camino pudo encontrarse con varias enfermeras que corrían de un lado a otro con materiales de medicina en sus manos.
"Sus medicinas se las entregara la jefe en enfermeras, esta en la sala de entrada".
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Espero les haya gustado
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Heridas Del Alma |NejiIno|
RandomHuérfano desde los siete años fue criado para servir como un esclavo a la familia de tío, quien se suponía debía cuidarlo, como una forma de escape se unió al ejercito y llevo una vida callada y solitaria usando algunas noches para calmar los deseos...